Barra pan - Relatos Eróticos

Barra pan

... pechos de nuevo, mientras yo cambiaba el ángulo y la presión de mis caderas sobre su miembro, hasta que no pude más y agarrando sus manos sobre mis pechos, tuve un orgasmo tan intenso que con cada contracción sentía que volvía a correrme de nuevo hasta un final que no daba llegado. Me castañetean los dientes y se me erizó el vello de todo el cuerpo. Sentía sus manos sostenerme mientras yo me dejaba vencer por el peso de la gravedad.

Nadie sabe por qué los plásticos de aquella columna estaban manchados de una pasta marrón. Ese día comimos sin pan. Y no hubo postre. Dani estaba tan cansado que se fue a dormitar frente al televisor. Y yo tenía tanta energía en mí, que tuve que salir a correr hasta la playa e incluso darme un chapuzón. Al regresar pasé por delante de las obras para ir a mi casa, y esta vez me paré con los brazos en jarras a comprobar el estado de las columnas. Estaba sudada, exhausta y feliz. Y él me miraba desde un andamio.

Nunca supe su nombre, ni nos dijimos nada. La empresa subcontrataba obreros de todas partes. Le escuché hablar un dialecto árabe bromeando con los compañeros cuando subía otro día. Yo continué bajando a por el pan. Y a veces sólo subía con helado.