1. Ardientes Musas que me inspiran.


    Fecha: 04/10/2017, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    …Ya éramos mayores de edad cuando ocurrió la primera vez y debo de decir que jamás nos arrepentimos de lo hecho por que fue una buena experiencia y la primera que tuve dentro de la familia… Mi hermana inauguró mi gusto incestuoso. Por entonces mi hermana tenía 18 años y terminaba de estudiar bachiller y yo con 21 a punto de acabar ingeniería. Nuestros padres trabajaban muchas horas fuera de casa, mi padre tenía y mantiene a día de hoy una ferretería y mi madre es maestra dando clases por la mañana en el colegio y por las tardes en una academia para chicos que necesitaban refuerzo y adultos, con lo cual mi hermana y yo vivíamos prácticamente solos casi todo el día, aún estando mamá en casa, mi hermana y yo nos refugiábamos en el cuarto a estudiar o “jugar” juntos, y pese a que muchas ocasiones follábamos sin condón, nunca la dejé preñada o eso creo yo…. Desde siempre habíamos compartido la misma habitación hasta que cumplí los 15 años y a ella le vino la regla parece que fue el momento para separarnos en habitaciones diferentes, pero estudiábamos juntos porque a ella se sentía más inspiraba al estar conmigo. Yo, jamás imaginé que iba a suceder, porque nunca estaba en mi mente tirarme a mi hermana, nos obstante sucedieron las cosas de una forma natural y por consentimiento mutuo. No hay que olvidar que éramos un par de adolescentes casi adultos con ganas de conocer cosas en la vida, aunque yo había tenido una novia formal y algunas amigas no tenía suficiente experiencia, y ...
    ... mi hermana solo amigos sin derecho ya pueden imaginar la suya.
    
    En aquella ocasión me pidió, como otras veces que le ayudara con las matemáticas… se me daban bastante bien, pero la sentí diferente en esa oportunidad. Noté su cuerpo muy cerca al mío, jamás me había sucedido eso embriagándome con su aroma, y dentro de mí sentí un deseo irrefrenable de tocarla, acariciarle el cuerpo, así que no pude contenerme y lo hice de la manera más sibilina casi inocente. En refriegas amistosas nos habíamos tocado muchas veces, pero en esa ocasión era distinto para mí, tal vez para ella también. Ella llevaba puesto unos vaqueros apretados, un pequeño suéter que dejaba ver un tanto sus pequeñas tetas lozanas, cubiertas por un sujetador blanco, sus cabellos rubios caían sobre sus espaldas y una parte sobre su pecho. Se hallaba hermosa como jamás antes la había sentido con esa extraña sensación de tan fuerte.
    
    Pasé mis manos sobre sus muslos lentamente, seguí hasta llegar a su trasero… alcancé a rodearlo sintiendo la redondez y la dureza del mismo. Ella no dijo nada, me miró con una sonrisa y seguimos con las explicaciones sobre la materia. Poco después continué con las caricias sobre su cabello, su espalda y nuevamente su apetecible trasero, mi hermana se acercó más, y mientras me esforzaba en explicar algo tan complicado como las derivadas, al fin creo que algo entendió… al terminar me dio un beso en la mejilla y luego en el cuello. Sentí mi cuerpo vibrar con el contacto de sus labios. ...
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