1. Ardientes Musas que me inspiran.


    Fecha: 04/10/2017, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... su rajita abajo y arriba, y no dejaba de masturbarla, desde los labios hasta su roja flor, mi mano sobaba suavemente sus pechos, y pellizcaba con deleite sus tiesos pezones ojivales. Sentí como su mano me bajaba aún más indicándome el camino…la vista de su culito, el que tanto me perturbó desde hace mucho tiempo, ni lo dudé, pasé mi lengua por los bordes y la introduje en él… Jésica dio un saltito y más apretó sus nalgas a mi boca. Sus jugos corrían como la fuente del deseo….eran imparables como sus gemidos cada vez más notorios… Saboreé su culito tierno maravilloso, lamiendo su anito tan rico y perfumado del gel de ducha, mis dedos gozaban en cada penetración como su conejito, me fascinaban sus gemidos de placer del orgasmo interminable, a cada convulsión, mi cara, mi lengua eran el recipiente ideal para cada uno chorro de flujo expelido. Su mano tomó mi verga y la acariciaba lentamente…
    
    -“¿No te apetecería un buen 69 para seguir, cariño?”
    
    -“SIIIIIIIIIII” sonó como un grito… Yo abajo y ella, golosa arriba de mí.
    
    Con una mano me elevó la verga y lengüeteaba mis huevos con dulzura….su cuerpo y el mío sudaban a ríos….si antes su sexo estaba impagable ahora lo sentía a pleno, mientras que su lengua hacia malabares en mi polla, y eso me excitaba cada vez más, no hubo que esperar, se detuvo en su lamida y comenzó a correrse por enésima vez, está mucho más espesa y ardiente….corría por mi boca, mi cara… ¡Riquísimo!
    
    -“¡¡Qué Sabor más bueno de polla tienes papi!!… ...
    ... papiiii… papiiii… papiiiiiii Umm…”
    
    Decía mientras sus contracciones llegaban al sumun del placer. Se abrazó a mí muy fuerte y descargó todos sus jugos…me volvían loco sus gemidos…. su boca aspirando todo el aire… su jadeo…sus manos comprimiendo la tela del sofá deseando más y más caricias. Su boca, sus labios, me daban la gloria de sus movimientos, ya sea circulares, subiendo y bajando, moviendo su lengua lentamente… deleitándose con su tarea miraba hacia atrás buscando mis ojos como diciendo…
    
    -“¿Te gusta?”
    
    Con sumo cuidado tendí su cuerpo sobre el sofá, le rogué que bañara con su saliva la cabeza de mi verga, me puse de frente y sin dilación agarró el cipote de la raíz y comenzó a darle castigo a mi glande, la otra mano masajeaba mis orondos huevos y de una manera tan profesional que dudaba que fuera mi sobrina tan inocente. Estuvo como cinco minutos ensimismada en el falo… fue suficiente una mirada, se recostó subiendo sus piernas a mis hombros…mi polla rígida cual mástil parecía que explotarían sus venas… Introduje mi glande muy despacio y suavemente, un buen cabezón que dilató su ceñida entrada auspiciada por el franqueo de sus labios vaginales finos y estilizados. Tomé con mis manos sus caderas y le acerqué más a mí, sus piernas se trenzaron en mi cuello… El bombeo era pausado y rítmico, cada vez más adentro…los músculos de su vagina se comprimían y dilataban a cada empellón, su deliciosa boca dejaba escapar sus gemidos…movía su cintura en forma circular, hacia atrás y ...