1. Un catesismo muy partícular


    Fecha: 30/06/2020, Categorías: Gays Autor: robertojrz, Fuente: SexoSinTabues

    ... Palabra entre en tu corazón—Sentenció el sacerdote mientras dejaba caer su sotana, cubriendo su desnudes. El niño volvió a tomar asiento y abrió su libreta listo para el inicio de la clase. Media hora después, si alguien hubiese entrado no encontraría nada mas que un pequeño recibiendo la instrucción religiosa, repasando oraciones y pasajes bíblicos. Y esto fue justo lo q encontró Rodrigo al entrar en la habitación. —Perdón, Padre, lamento llegar tan tarde. —Descuida Rodrigo—lo excusó el sacerdote y luego se dirigió al niño—: Luisito, ya debes conocer a Rodrigo, nuestro diacono. Rodrigo prestaba su servicio como diacono casi desde el mismo tiempo que el Padre Paco. Era un hombre de 36 años, tan atractivo como el sacerdote. —Si lo conozco—asintió el pequeño. —Rodrigo que bueno que ya estas aquí. Este es Luisito, el pequeño del que tanto te he halado. —Me dice el Padre—se dirigió el diacono al niño—, que eres muy aplicado en tus lecciones de catecismo. Tal vez un día llegues a ser sacerdote como él, o diacono como yo. Rodrigo pasó su mano sobre los lacios cabellos del niño, despeinándolo. —Rodrigo, pasa a la otra habitación y prepárate—le indicó el sacerdote con voz calmada y natural, pero con cierto brillo en los ojos que pudo haber pasado desapercibido para cualquiera, excepto para Rodrigo. El diacono desapareció detrás de una puerta. —Luisito, como debes saber, Rodrigo también es un siervo de Dios y le he pedido que viniera hoy para conocerte, por que me gustaría que él ...
    ... también pudiera honrar a Dios por medio tuyo y que él derrame la bendición de Dios sobre ti. El niño no decía nada. Se sentía contento ante la idea de volver a servir a Dios y sobre todo feliz por tener la oportunidad de recibir nuevamente su bendición. —Acompáñame, Luisito—invitó el padre poniéndose de pie. El niño lo imitó y luego caminó frente al sacerdote, quien le indicó el camino en dirección a la habitación contigua. Era la habitación del Padre, sobria, sin mucho mobiliario, solo una cama, un escritorio, un librero repleto de ejemplares de temática religiosa. Luisito no se sorprendió al ver al diacono acostado en la cama, completamente desnudo, con su verga dura entre sus manos apuntando al techo. El pequeño sólo volteo hacia el Padre, como pidiendo indicaciones. —Luisito, hoy haremos una ceremonia mas completa que cuando hacemos oración. Déjame prepararte. Diciendo esto el sacerdote se hincó frente al niño y con total fluidez comenzó a desnudarlo. Él niño por su parte no puso resistencia alguna, permaneciendo de pie, mientras mentalmente se preparaba para servir a Dios. Mientras el niño era desnudado, el diacono recorría la extensión se u verga, que era tan grande como la del Padre, observado detenidamente como era descubierto cada centímetro de la pálida piel del pequeño. —Como usted dijo Padre—comentó el diacono—, este niño es un hermoso instrumento del Señor. Luisito se sintió alagado por este comentario y sonrió satisfecho. Cuando el pequeño estuvo completamente ...
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