1. Nos vamos de compras mi madre y yo (y algo más pasó)


    Fecha: 11/07/2020, Categorías: Incesto Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    ... vibrador. Hasta ahí todo normal, solo que al poco, me parece oír que gime mi nombre.
    
    -Ah, ah, ah, Roberto, gime. ¡Robertoooo!
    
    No puedo creerlo, mi madre se está masturbando pensando en mí.
    
    Me doy la vuelta, para no oírla, pero sus gemidos me empiezan a excitar. Ya estoy otra vez empalmado y no puedo evitar tocarme yo también.
    
    Al final acabamos los dos gimiendo el nombre el otro y casi corriéndonos a la vez. No puedo creer que me haya masturbando pensando en mi madre.
    
    Cuando escucho que se ha dormido, me voy al baño y me limpio bien el semen que ha cubierto mi pene y mi tripa.
    
    Al día siguiente, me levanto tarde y cuando llego a la cocina, mi madre ya está desayunando. Lleva puesta una bata y debajo esta en ropa interior. Mi hermana pequeña está revoleteando por la cocina y mi madre le dice que se siente ya, que sus tostadas se van a enfriar. Ella le hace caso y se termina el desayuno corriendo.
    
    Mi hermana se va al colegio y nos quedamos solos mi madre y yo. Yo ahora mismo no tengo trabajo y nada que hacer.
    
    Ella se me queda mirando con cara picara y me pregunta:
    
    -¿Qué tal anoche?
    
    -Me costó dormirme, hacía mucho calor.
    
    -A mí también. La temperatura era muy elevada.
    
    Se ríe y se muerde el labio.
    
    -¿Y que, te corriste a gusto?
    
    En ese momento me quedé sin palabras.
    
    -Mamá, que dices de correrme.
    
    -Que sí, que sé que te masturbas desde hace años y anoche te escuché hacerlo.
    
    Pero que dice, si gemí muy bajito. No pudo oírme.
    
    Ahora lo ...
    ... entendía, me calentó en la habitación con los modelitos y luego en la ducha y más tarde en la cama.
    
    Bajé la cabeza y tuve que confesar.
    
    -Sí, me corrí a gusto. Muy a gusto.
    
    -Espero que no dejaras las sabanas pringosas.
    
    -No, mamá. Me limpié bien en el baño. No hay ni rastro de semen en las sabanas.
    
    -Así me gusta. Que disfrutes, pero que no seas un cochino. Y diciendo esto se reía.
    
    Terminamos de desayunar y recogiendo los platos me dice:
    
    -¿Pensaste en mí, cuando....?
    
    -Mamá, por favor. Eso no se pregunta. Eres mi madre. Hay cosas que no se pueden tocar.
    
    Se acerca a mí y me roza con su pecho izquierdo.
    
    -¡Mamá, por dios!
    
    -¿Qué pasa? ¿No te gusta?
    
    Mi polla estaba poniéndose dura. Ella me mira el paquete y se da cuenta. Me coge de la mano y me lleva a su habitación.
    
    Se quita la bata y se queda en sujetador y bragas.
    
    -Hazme tuya. Me dice.
    
    -¿Estás loca?
    
    -¿Sabes? Desde que me separé de tu padre, no he vuelto a probar una polla. El vibrador no me da el mismo placer que un buen rabo. ¿Te apetecería hacerlo con tu madre, eh? Seguro que eres virgen todavía.
    
    -Mamá, por favor... Mi rabo estaba a cien. Y ella lo estaba viendo.
    
    Se desnudó y se tumbó boca arriba, abriendo sus piernas y mostrándome su chocho.
    
    Ella me bajó el pantalón y el calzoncillo, que se enganchó con mi polla tiesa. Por un lado, no quería hacerlo, pero por otro lo estaba deseando.
    
    Después de un segundo de duda, no pude más y acabé tumbándome sobre ella.
    
    Ella me ...