1. Mi casera me la chupaba estando en la Universidad


    Fecha: 14/07/2020, Categorías: Incesto Autor: Antonio Alexilo, Fuente: CuentoRelatos

    ... (Aun me lo parece).
    
    Después de más de un mes así, las cenas y los almuerzos eran mi pasión, por ver a mi casera disimulando y a su marido hablándome entusiasmado y brillándole los ojos al mirarme, demostrándome que no sólo aceptaba lo que hacíamos, sino que le gustaba. Elisa, la hija de ambos estaba cada vez más contenta de ver a sus padres tan felices; además, a Elisa le brillaban los ojos al mirarme y me sonreía sonrojada... se estaba enamorando de mí.
    
    Una tarde entró Cecilia a mi habitación y no se puso de rodillas como siempre, no, permaneció de pie y muy seria me hablo:
    
    —Antonio, mi marido me ha confesado que me ha visto chuparte el pito varias veces por el agujero. Estaba celoso al hablarme, pero dice que le excita mucho y que me perdona; incluso acepta que sigamos y que yo desahogue mis deseos. Sabes Antonio, mi marido es impotente, tanto que cuando se desnuda solo se le ve un gusanito, pero yo lo amo. Pablo, en esta situación, se siente tan postergado que está muy triste y me ha pedido un favor, bueno un favor que nos pide a los dos…
    
    —Dime Cecilia.
    
    —Él quiere estar presente cuando te la chupe, solo para mirar; yo le he dicho que por mi parte sí, pero que la última palabra la tienes tú.
    
    — Esto es muy fuerte doña Cecilia, me da mucha vergüenza que él esté junto a nosotros, no sé si podré sentirme cómodo, pero vale, que mire. Pero con dos condiciones.
    
    — ¿Cuáles Antonio?
    
    —Que don Pablo esté siempre con su ropa, no quiero un hombre desnudo junto a ...
    ... mi mientras lo hago; la otra condición es que usted se desnude completamente delante de nosotros dos; no como hasta ahora que solo me ha enseñado las tetas.
    
    —Me da mucha vergüenza Antonio, me haces sentir como una puta.
    
    —Me da morbo que sea así, que su marido vea como se desnuda para mí; ¡si no es así!, mejor lo dejamos.
    
    —No te disgustes muchacho, lo haré; pero tengo que preguntarle a mi marido primero.
    
    Esa tarde la pase estudiando solo, sin descargar en Cecilia; y en cierto modo me sentí bien, y dormí mejor; me hacía falta un descanso, porque Cecilia me estaba sorbiendo las fuerzas. Al día siguiente entraron los dos en mi habitación en cuanto Elisa se marchó. Y Cecilia me dijo:
    
    —Sin problema Antonio, será un placer que me veas desnuda, me daba corte, no sé porque, Pablo también lo acepta, ¿verdad cariño?
    
    —Sí, verdad, aunque no sé; es como perderte.
    
    —No digas tonterías, siempre estaré cerca de ti.
    
    Cecilia comenzó a desnudarse muy despacio, cuando se quitó las bragas y pude verle el coño me emocioné. Don Pablo observó cómo se desnudaba su esposa con una mirada triste, pero resignada; y a la vez con ojos de excitación. Yo llevaba solo mi camiseta y mi pene estaba a medio empalmar; al verlos a los dos allí y sabiendo a lo que venían, sentí tanta vergüenza que casi me echó a llorar. Ellos vieron mi tensión y don Pablo me dijo:
    
    —No sientas vergüenza muchacho, esto lo deseamos, tú no estás haciendo nada malo; ¡además!, lo que tú tienes es algo digno de ...
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