Mi casera me la chupaba estando en la Universidad
Fecha: 14/07/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Antonio Alexilo, Fuente: CuentoRelatos
... estaba encendido esperando la tarde, encelado por ver a Cecilia desnudarse y tragarse mi leche delante de don Pablo. Me sentía como un joven malévolo. Más de un mes estuvo chupándomela mi casera bajo la atenta mirada de don Pablo, y cada día que pasaba, las caricias de don Pablo se volvían más expertas y más sofisticadas; aprendiendo él a acompasar sus caricias con el balanceo de mi bolsa escrotal, sin estorbarme mientras penetraba la boca de su mujer.
Deseaba follarme a mi casera, no por necesidad, ya que en la facultad me había hecho muy popular y ya me había tirado a varias compañeras, era por vicio, por puro vicio. Necesitaba metérsela mientras su marido nos miraba, para mí era como el clímax de mi exhibicionismo morboso. Entró un día Cecilia a mi habitación acompañada de Pablo y les pedí:
—Cecilia y Pablo, este juego, para mi necesita ya un desenlace lógico, llevo mucho tiempo siendo "la vaca lechera" de Cecilia. Me encanta que se haya bebido mi semen tantas veces, pero ahora quiero penetrarla, ¡claro está!, si ustedes dos me lo permiten —Habló Cecilia y después Pablo.
— Yo también lo deseo y, estando Pablo presente, si él está de acuerdo ya no me sentiré mal; además, para mi es casi una necesidad ahora, pero no me atrevía a planteároslo a los dos.
—Yo ya, no solo no me atrevo a oponerme, es que además y aunque parezca un cabrón, estoy deseando que se la claves, por mi adelante; pero quiero mirar —dijo pablo y le dije yo a Cecilia:
—Por favor Cecilia, ...
... desnúdese como de costumbre y apoye los brazos en mi escritorio dándome la espalda, con la cabeza sobre el escritorio y el culo bien alto, por favor.
Hago un alto para decir que mi éxito con Cecilia no fue casualidad; ya tenía suerte con las mujeres en el pueblo. Desde que cumplí los dieciocho años no he parado de hacerlo con vecinas de mi pueblo, la mayoría casadas y mayores que yo. Esas mujeres siempre habían sido muy cariñosas conmigo, diciéndome halagos. Se corrió la voz por el pueblo de que, además de guapo, Antoñito tenía un pene que quitaba el sentido; esa indiscreción de una de mis primeras "conquistas" tras alcanzar la mayoría de edad, hizo que mi despertar a la sexualidad fuera apoteósico; haciendo el amor con muchas mujeres en el pueblo… Sigo con mi casera:
Apoyada sobre mi escritorio de cintura para arriba, su culo en pompa era perfecto y grande, se alzaba sobre unas piernas puestas en pie, su cuerpo formaba un ángulo recto. Bajo su culo asomaba ese coño azabache, con unos labios menores tan inflamados que parecían sonreír. Yo estaba empalmado como un borrico, mi pene se tornaba en morado por el riego sanguíneo. Puesto también de pie detrás de ella, le introduje en el coño mi gruesa polla de golpe, metiéndosela y sacándosela con furia, golpeando su culo con mis huevos, distendidos dentro de la bolsa escrotal. Me dijo muy relajada.
—Antonio, me siento tan llena y tan feliz; ¿sabes?, cuando miré la primera vez por la grieta de la pared quedé impresionada, al ...