1. Laura, una secretaria muy caliente


    Fecha: 15/07/2020, Categorías: Hetero Autor: afuentes, Fuente: CuentoRelatos

    Hace algunos años llegó a trabajar a la empresa una chica de 25 años, Laura era su nombre, mediana estatura, delgada y de piel blanca, no parecía ser muy brillante ya que el trabajo lo realizaba más como una necesidad que como una forma de crecimiento profesional, su trabajo consistía en apoyar a los diferentes departamentos al igual que lo hacían otro grupo de secretarias de más edad.
    
    Con el tiempo fui creando una relación de amistad con Laura, ella comenzó a confiarme sus problemas familiares y yo como buen amigo le apoyaba moralmente (y a veces económicamente), además de aconsejarle lo que yo creía debía hacer para mejorar su relación en casa. Cada vez me involucraba más en su vida, al grado que comenzábamos a comer juntos, nos íbamos juntos a la hora de la salida y de vez en cuando la acompañaba a unas cuadras de su casa para que no tuviera problemas con su marido, pero un día sucedió lo inevitable.
    
    Era viernes y estábamos cada quien por irse a su casa y al despedirnos nos dio un poco de nervios y terminamos dándonos medio beso en los labios, ambos nos sacamos un poco de onda pero volvimos a juntar nuestras bocas para un beso que no llegó a ser muy apasionado. Los dos tuvimos el fin de semana para pensar en lo sucedido, el lunes que regresamos a trabajar lo hicimos como si nada, pero nuestras conversaciones por chat se volvieron más románticas, más íntimas sin llegar a ser cibersexo.
    
    Pasados los días empezaron los "te extraño", "te necesito", "todo el día ...
    ... pienso en ti"... Ocasionalmente nos besábamos a prisa por miedo a ser descubiertos en el trabajo y los coqueteos mutuos se hacían más frecuentes hasta que decidimos ir a un hotel, no muy convencidos de estar haciendo lo correcto ya que ella estaba casada pero con el valor y la justificación de estar haciéndolo en "nombre del amor".
    
    Llegamos a un hotel los suficientemente lejos de la oficina, ya entraba la noche así que la oscuridad nos ayudó a pasar desapercibidos. Nos registramos, entramos a la habitación y poco a poco, quitándonos el nerviosismo comenzamos a besarnos con pasión, las caricias encima de nuestros trajes, ya que la empresa en la que trabajábamos era muy formal. Ella buscaba acariciar mi pene erecto por sobre el pantalón, yo acariciaba sus nalgas sobre su falda estilo sastre, poco a poco las prendas fueron quedando en el piso.
    
    Yo sin ser un modelo de revista creo que no soy desagradable para las chicas, soy alto, moreno, fornido y con 27 años para esa época, siempre me pareció que Laura era delgada, pero a medida que descubría su cuerpo que cada vez se iba quedando con menos ropa me daba cuenta de las bellas formas que poseía una piel blanca que contrastaba con la mía, una cintura pequeña que contrastaba con unos pechos generosos, casi perfectos y unas caderas que vaya que le lucían de maravilla.
    
    Como dos chicos inexpertos nos fuimos a la cama, primero de lado y después yo arriba de ella, sintiendo nuestras pieles. Aún recuerdo su piel suave, su perfume que ...
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