Rocío, la sirvienta. Cuarta parte.
Fecha: 15/07/2020,
Categorías:
Sexo con Maduras
Primera Vez
Masturbación
Autor: Sensual1972, Fuente: xHamster
... cabeza con mucha delicadeza, y luego me la aclaró, sin que ninguno de los dos dijéramos una sola palabra. Yo estaba realmente triste, y aunque cerraba los ojos, se me escapaba alguna lágrima, ya que esa mujer se había convertido en alguien muy importante para mí, y yo lo había estropeado. Imagino que a todos nos ha pasado, no sé si llamarlo enamorarse, pero si colarse por alguien más mayor.Antes de incorporarme, doña Rocío me desnudó de cintura para abajo, pero mi pene estaba encogido. Anímicamente no me encontraba bien.- No llores, Javier, que se me parte el alma.- No se preocupe, que ya se me pasa.Doña Rocío continuó sin decir una sola palabra lavándome. Me hizo sentar para lavarme primero la espalda, y luego el cuerpo por delante. Luego me tumbó de nuevo, y comenzó por mis piernas, pero no estaba yo para empalmarme en ese momento, y doña Rocío estaba apesadumbrada por mi estado. Me enjabonó mis partes, pero apenas me inmuté. Luego me las comenzó a aclarar con mucha delicadeza. Agarró mi pito con dos dedos, lo levantó lentamente, y me aclaró varias veces el vello púbico, pero seguí impasible y apesadumbrado, mirando hacia la pared.- Javier, no me gusta verte así. De verdad que no era mi intención hacerte daño.- No te preocupes, de verdad.Entonces, doña Rocío, dejó la esponja, tomó la toalla y comenzó a secarme. Primero me senté, y me secó el cuerpo. Secó un poco el banco, y me tumbé para que secara mis piernas y zona central. Una vez seco, me senté de nuevo.- Espera, que ...
... tienes la piel muy seca. Voy a echarte un poco de Nivea.Yo no dije nada, y obedecí a sus ordenes.Agarró el bote de crema hidratante, y me echó un poco por el cuerpo, y por la espalda, masajeando con mucha suavidad y ternura.- Túmbate, que tienes la piernas fatal, sobre todo la operada.Primero apoyó la pierna mala sobre la silla de ruedas, se sentó y suavemente masajeó el pie, para subir con mucho cuidado, sin atreverse a tocar la tierna cicatriz. Luego comenzó con la siguiente pierna. Se echó un poco más de crema en la mano, levantó mi pierna buena, sujetándola entre su brazo y su pecho, me comenzó a frotar las nalgas, introduciendo la mano por debajo de ellas. Sus dedos húmedos de crema, rozaron mi ano, he hicieron un pequeño masaje a su entrada. La miré a la cara desconcertado, y me sonrió.Se incorporó apoyando mi pierna sobre el banco, y me iba a incorporar, pensando que ya había terminado, pero una mano me paró el pecho.- Espera, que no he terminado aún.Se echó un poco de crema en la mano derecha, se arrodilló sobre la toalla doblada junto a mí, la apoyó sobre mis testículos. Mi cabeza se echó hacia delante instintivamente para ver lo que hacía, pero con los dedos de su mano izquierda me hizo reclinarla sobre el banco, mientras su mano derecha daba un ligero y delicado masaje en mis testículos.- Relájate, Javier.- Pero Rocío, no quiero hacerla sentir mal, pero eso me está gustando demasiado, y no voy a poder evitar empalmarme.- Pues no lo evites. Necesito arreglar esta ...