Con un compañero de oficina casado
Fecha: 16/07/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: alis, Fuente: CuentoRelatos
Cuando empecé a trabajar en esa oficina yo contaba con 30 años y estaba divorciada después de 10 años de matrimonio, se podría decir que fue un matrimonio bonito, pero se tornó muy monótono y ambos decidimos separar nuestras vidas por el bien nuestro.
En fin como les decía yo estaba recién divorciada y a los hombres en mi país les llama mucho la atención las mujeres divorciadas, porque según ellos son más fáciles de usar me entienden ¿verdad?, pero se llevaron muchas desilusiones conmigo, porque aunque este mal que yo lo diga, no soy una mujer de fácil convencimiento, soy más bien dada a la cosa de conquístame primero y luego de varias salidas veremos que hacemos.
En varias oportunidades estuve tentada de salir aunque sea para divertirme un rato, pero me aterraba la idea de salir con casados porque lamentablemente el mejor material masculino estaba casado.
Paso un año de trabajar en esa oficina entre flirteos y coqueteos, hasta que un día me di cuenta que uno de los que allí trabajaba, que era casado y que parecía bastante fiel a su mujer y fiel padre de familia me llamo poderosamente la atención, por su forma de ser, de tratarme; cada vez que estaba a su lado sentía un terrible cosquilleo en todo el cuerpo y me di cuenta que a él le pasaba lo mismo.
Un día nos fuimos de juerga entre cuatro, mi jefe, una amiga mía que por cierto estaba bastante enamorada de él, mi amor imposible y yo, fuimos a cenar a un restaurante alemán porque mi jefe era alemán y le gustaba ...
... mucho recordar su juventud y después terminamos en una disco, estuvimos un tiempo prudencial divirtiéndonos sanamente y luego yo dije "bueno tengo que retirarme"; a lo que mi amor imposible al que voy a llamar William contesto muy gentilmente "te llevo", el solo pensar en subirme a su carro fue para mí como si me estuviera diciendo móntate aquí que te cojo y sentí un calor en el cuerpo que hasta el momento no puedo describir, obediente me subí al carro y partió para mi casa; al subir una cuesta que había casi al llegar a mi casa, paro en seco el carro y me dijo, "lo siento, pero las ganas que tengo de hacer esto son más grandes".
De pronto sentí su boca rozar mi boca y no pude resistirme me colgué de su cuello y respondí con un beso apasionadísimo, no sé si producto del gusto que sentía por ese hombre o por la abstinencia sexual a la que estuve sometida por mucho tiempo, creo que había ambos sentimientos, pero con ese beso estuve a punto de hacer lo que ninguna mujer que se decía decente como yo hubiera hecho, por lo que un poco bruscamente le dije que no debía hacerlo, que su situación, que era casado y bla bla, lo único que él dijo fue "Tu lo querías tanto como yo, ambos estamos descontrolados y no tienes que cohibirte, siento como tiemblas en mis manos, siento como te estremeces cuando me acerco a ti en la oficina”, tuve que admitirlo y romper con todos los escrúpulos que yo misma me había puesto encima.
“Bueno –dijo- tengo que dejarte me esperan, puedo invitarte a ...