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Con un compañero de oficina casado
Fecha: 16/07/2020, Categorías: Incesto Autor: alis, Fuente: CuentoRelatos
... placer, empezó a bajar poco a poco de mi vientre a mis pies, su boca se encontraba chupando uno a uno los dedos de mis pies lo hacía con tantas ganas. De pronto lamiendo mis piernas, hasta sentir su cabeza entre mis muslos, separo mis piernas y con su riquísima lengua empezó a comer mi coñito, él estaba tan sediento como yo, su respiración era caliente y me transmitía ese calor hasta el interior de mi vientre sentía como su lengua entraba y salía de mi rajita, chupando, mordiendo e invadiéndome de todo ese placer que solo un amante sediento sabe dar, de pronto se sentó frente a mí y separando mi piernas puso su gran pene erecto, caliente y duro en mi entradita toda mojada y chorreando mis jugos como si hubiera tenido diez orgasmos con todo ese chupeteo. No pude contener sentir ese miembro todo hinchado y caliente en mí, que levantando mis caderas introduje todo ese portento dentro mío, lo sentí gritar de placer, arremetió contra mí una y otra vez no dejaba ningún lugar dentro mío sin tocar, nuestros movimientos eran como si un terremoto los estaría guiando, sus manos no dejaban de estrujar mis pechos y yo no dejaba que ningún movimiento de sus caderas se escapen del compás de las mías, de pronto sentí como toda su leche caliente invadía mi vientre, mi coñito se estremeció de tanto calor y empezó a sentir unos hermosos espasmos de placer. Todo mi cuerpo se estremecía por el éxtasis y el orgasmo que estaba sintiendo, esto duro unos cuantos segundos como dura todo lo bueno en el mundo, luego nos dejamos caer en la suave cama y el con todo el cariño que puede sentir un amante por su pareja me abrazo y acaricio la cara, indicando que todavía no había sido suficiente y estuvimos así repitiendo esa misma hazaña por casi 4 horas, porque no podía dedicarme más tiempo, ya saben estaba casado. Esa fue la primera vez que salí con mi hombre ideal.