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Un hombre casado (mecánico) me convierte en su puta. Parte IV
Fecha: 18/07/2020, Categorías: Gays Autor: EduardoDz, Fuente: SexoSinTabues
... solo a gemir, sino a decir cosas : ––Sí, sí… ahí, ahí … si El negro se rió en un momento y me dio una nalgadita. ––Te gusta zorra cochina? Te gusta que un negro te chupe las nalgas como la puta guarra que eres. ? No dije nada, solo gemí mas y él me dio una nalgada fuerte. ¡ZAZ! ––¡TE ESTOY HABLANDO ZORRA DE MIERDA! ¡Dime si te gusta! ––Ay, si ,si –dije sin aliento, sintiendo como mi hoyo se abría listo. ––¿La quieres dentro verdad? ––¡SI! –dije con un grito. ––Eso es… –dijo con voz ronca pero alegre–. Ves? Asi se deben tratar a las putas como este guapito –le dijo a Sergio el mecánico–. Trabajarles el hoyo para que luego él me pida verga a gritos. Sentí su gran palo tocando mis nalgas y mi hoyo, estaba tan excitado que le rogué que me lo metiera de una vez. ––Por favor, dámelo, mételo . ––Como tú quieras, zorra. Y lo introdujo a mi hoyo, sentí como mi hoyo estaba tan dilatado y aquella cosota entró deslizándose como una llave en un cerrojo. Llenó mi hoyo de una forma que no pude comprender; la excitación me tenía en un trance. ––Eso es, como te gusta –dijo el negro, metiendo y sacando, lo hizo rápido y más rápido cada vez. ––Aaaah, aaaah, –decía yo. ––Eso es, puta cochina, gime y disfruta. Eso te gusta. Te gusta que te den duro. Estaba tan abrumado por el placer que no sentí cuando el negro me tomaba y me llevaba hasta una mesa, llena de herramientas. Los demás las hicieron a un lado y cuando escuché que todas caían al suelo, me di cuenta que estaba boca arriba, con las ...
... piernas abiertas y ahí parado estaba ese negro enorme y musculoso, metiéndome de nuevo su gran verga. Los demás hombres nos rodearon y se colocaron con las vergas junto a mi cara y pecho. Uno de ellos me quitó la camisa del uniforme de futbol y me volví a recostar, mientras disfrutaba con las metidas veloces del negro. La mesa se movía y rechinaba y yo daba brinquitos arriba y abajo por las embestidas. De pronto me vi tomando dos vergas con mis manos y luego uno de los chicos negros me metió la suya a mi boca. Todos estaban hablando y diciéndome cosas: ––¡CHUPA ESA VERGA PERRA! ––¡Sí, trágate toda la leche que le salga! ––¡Miren como tiene su verga parada, la muy puta! –dijo el gordo, apuntando a mi verga bien dura, mientras el negro seguía usando mi culo. ––¡Es que le encanta ser nuestra perra! ¡Puta de mierda! –dijo el mecánico escupiendo en mi abdomen. Cuando sentí su escupitajo y miré a mi alrededor, pude verles las caras a todos. Que me veían con tanta lujuría y placer, y el negro me embestía sin descanso. Mis nalgas rebotaban en su cuerpo y se escuchaba como si estuvieran cacheteando a alguien. Eso me puso al límite y grité: ––¡ME VENGO, VOY A EXPLOTAR! Mi voz hizo eco en el taller, alzándose sobre todos los comentarios morbosos de los hombres . Cuando me escucharon, dos rieron complacidos y el negro me dijo: ––¡No te detengas, MARICON VICIOSO! ¡DERRAMATE COMO LA PUTA CALENTONA QUE ERES, PERRA SUCIA! Mi grito de placer al expulsar mi semen fue el cielo. Sentí tanto placer ...