1. Un tío con suerte - mi sobrina Daniela


    Fecha: 05/10/2017, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Fernando X, Fuente: CuentoRelatos

    ... nuestra ropa fue cayendo, primero, quité su blusa y su brassiere, para dar paso a unos generosos y firmes pechos (herencia de su madre), su pequeña falda no costó nada de trabajo, me detuve un momento para desvestirme completamente, empezó a besarme el pene, lo tomaba con sus manos y lo metía a su boca, lo chupaba, pasaba su lengua por la punta y seguía así hasta llegar a mis huevos, los cuales también masajeaba, llegó el momento en que no podía más y le avisé que estaba a punto de venirme, puso mi verga entre sus bubíes y así me llevo al orgasmo, recibiendo mi leche en su cara, su boca y sus pechos.
    
    Daniela se mostraba feliz, únicamente vestida con su braguita azul se puso a bailar en el tubo, como si fuera una bailarina de tabledance, se movía lo más sexi posible y me invitaba a tocarla mientras ella bailaba, así bailando la despojé de su única prenda y aproveché para manosearle su húmeda vagina. Cuando notó que yo tenía otra erección, fuimos a la cama. Empecé a tocarle libidinosamente sus senos, estiraba sus pezones y comencé a chupárselos fuertemente, mientras mi mano buscaba su concha y mis dedos frotaban su clítoris, para después meterle el dedo medio por su rajita que en ese momento ya chorreaba, estaba a punto del éxtasis cuando bajé a darle una mamada y clavarle mi lengua lo más al fondo de su sexo, lo que le provocó un enorme y húmedo orgasmo, era como si se orinara encima, yo bebía ese elixir que al mismo tiempo me empapaba e inundaba la cama.
    
    Nos separamos ...
    ... solo un momento, para acomodarnos, poner la cabeza de mi empalada verga en la entrada de su concha y despacio, penetrando poco a poco, dejarle ir los 18 centímetros de carne hasta el fondo de su sexo, ella gozaba, gemía y gritaba que me amaba, fui acelerando mis movimientos y entonces yo le decía que era mi puta gatita, que le iba a dar como nunca le había dado ningún mozalbete de los que ella conocía, le tomé las piernas y las llevé a mis hombros, para poder llegar más a fondo, mamaba y chupaba sus generosos senos, dejándole marcados mis labios, era como si peleáramos, ella tomaba mis nalgas para empujarse más fuertemente mi verga al tiempo que me enterraba sus uñas, me gritaba que le encantaba ser mi puta, nos separamos brevemente para cambiar de posición, poniéndome yo de espaldas para que ella pudiera cabalgarme, movía sus caderas de manera impresionante, se metía y se sacaba mi polla completamente y en cada arremetida gemía y gritaba como loca, yo la veía por los espejos y me excitaba cada vez más, estaba a punto de correrme y ella no paraba de moverse, me vacié completamente dentro de ella, acompañado de gemidos y gritos, ella al oírme y sentirse inundada todavía aumentó la velocidad de sus movimientos y la fuerza de sus gemidos, para a continuación tener otro larguísimo orgasmo que terminó de mojar las sábanas y la cama, dejándose caer rendida sobre mi pecho, así estábamos jadeando los dos, cuando empezamos a reírnos a carcajadas y a besarnos locamente.
    
    Después de un ...