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Desafío de galaxias (capitulo 82)
Fecha: 20/07/2020, Categorías: Incesto Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
... años, a los que hay que sumar las enormes perdidas bulban, un pueblo antes enemigo, ahora aliado y que tendremos que integrar y con el que tendremos que aprender a convivir. »¿Cómo recompensar a alguien que ya posee los más altos galardones de la República, y que además, nunca los ha pedido?, y por cierto: muchos podrían aprender de ella, —se escucharon risas procedentes de la zona militar mientras que del otro lado del vestíbulo, se elevó un perceptible murmullo—, pero a lo que vamos: los cancilleres principales y yo, hemos decidido ascender a la general Martín, al grado de mariscal general de todos los ejércitos federales, —un estruendo de aplausos se elevó, mucho más intenso desde el lado militar—. Este cargo, que no existía desde la derrota de los ejércitos imperiales, hace cuatrocientos años, es única y exclusivamente propiedad de Marisol Martín, y nadie, repito: nadie, podrá usarlo en los siglos venideros. »Se que ella va a protestar. Dirá que la victoria no es cosa suya, sino de su equipo de colaboradores y de su Estado Mayor, empezando por su fiel segundo comandante, la general Marión, y terminando por la no menos fiel ayudante de campo y amiga: Sarita y mi amigo el sargento. Y tiene razón, ha sabido rodearse de un grupo excepcional, pero de entre ellos, ella sobresale con luz propia, —aplausos calurosos desde el lado militar, seguidos tímidamente por los del otro lado—, ella ha sido el faro que ha iluminado el camino a seguir, y nos ha conducido a este ...
... emocionante momento. Marisol, sabes que tienes la gratitud y el reconocimiento de todos los habitantes de la galaxia, por eso, para mí, es un honor hacerte entrega de estas insignias, que tan justamente has ganado, —el presidente se acercó a ella y la colocó otra estrella más en las hombreras de la guerrera. A continuación, con la ayuda de un par de cancilleres, la quitaron su fajín rojo de general y la pusieron el nuevo de color morado. Después, se acercó el canciller de Mandoria y la entregó su bastón de mando, con la empuñadura de oro labrado. —Queridos amigos, yo no merezco tantos reconocimientos, —dijo Marisol cuándo se puso delante del atril. Sus palabras causaron un buen número de carcajadas, la del presidente primero—. Yo, hacia vosotros solo tengo gratitud, porque, aunque el presidente se ría, sí, somos un equipo, los que estáis aquí, y los millones de hermanos y hermanas que han estado presentes en los innumerables campos de batalla, en los que muchos han dado sus heroicas vidas. Lo repito, solo tengo una infinita gratitud y un gran reconocimiento, y… como estoy a punto de ponerme a llorar, es mejor que deje de hablar antes de que moje el micrófono y cause una avería: muchas gracias a todos. Un estruendo de vítores y aplausos se elevó de entre los asistentes, mientras el sargento, con lágrimas en los ojos, la ayudaba a bajar del atril. La comitiva presidencial, con Marisol y el Estado Mayor, salieron al exterior donde miles de soldados les esperaba. —Marisol, si ...