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Mi amor adolescente
Fecha: 22/07/2020, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... le regalé con la mejor mamada que he hecho en mi vida. Cuando eyaculó, me pilló desprevenido y casi me ahogo con la cantidad de semen que la mayoría pasó directamente a mi estomago y el resto se quedo en mi boca, hasta que lo tragué, no sin antes saborearlo. Se quedó dormido como un niño y no comentó nada. Esa noche, después de levantarse a cenar, vimos una película y cuando terminó, nos fuimos a la cama. Se durmió enseguida y yo, apretado a él tuve los sueños más eróticos que recuerdo. Por la mañana, volvimos a salir a pasear, parecía mas convencido de la realidad e incluso bromeó con un mimo que actuaba en una plaza importante de la ciudad. Al volver, se metió en la habitación. Yo preparé algo de comer y fui a su cuarto para llamarle. Lo recuerdo ahora en la distancia, de pié, desnudo, con una incipiente erección. Me miró lánguidamente, y dirigiéndose a mí, me besó, tiernamente. Me abrazó, y en esos momentos mi cuerpo se derretía de emoción, pensando que todo lo que había deseado se iba a hacer realidad en breves instantes. Desnudo como estaba me abrazó por detrás, pegando su pene en mi espalda. Yo solo deseaba que pasara ya, que no hubiera nada que pudiera evitarlo y me entregué por completo. Casi ido, noté como me inclinaba sobre el escritorio que había en su habitación y bajaba mis pantalones hasta las rodillas, y abriendo mis nalgas besaba mi ano, ensalivándolo, introduciendo su lengua. Pasó mucho tiempo en el cual creía que estaba lo mas cercano al cielo ...
... que pudiera estar en el futuro, su lengua seguía ahondando dentro de mí. Entonces fue cuando vi que tomaba de un cajón del escritorio un tubo de vaselina y aplicaba con un dedo por mi interior, intentando dilatar lo máximo posible. Yo en esos momentos deseaba que me penetrara, sin importarme en absoluto el dolor que pudiera tener. Cuando me penetró, lo hizo con tal ímpetu que noté como si me partiera en dos. Era doloroso, muy doloroso, pero solo deseaba que se sintiera bien, que me amara como había hecho antes con Roberto. Enseguida noté como su vientre chocaba contra mis nalgas, e instintivamente llevé mi mano a la zona para notar mi culo lleno de aquella maravillosa polla. Empezó a bombear cada vez con mas intensidad, asiéndome de las caderas, masajeando mi espalda. Cada vez que apretaba excesivamente el ano debido a la tensión de la penetración, me daba una palmada en la nalga derecha, y aprovechando el relajamiento, me regalaba con una nueva y mas profunda penetración. El dolor estuvo presente durante todo el tiempo, pero la sensación que me producía aquel pene entrando y saliendo, ha permanecido vivo en mi mente durante toda mi vida. Supe que llegaba el momento cumbre, porque su pene, asombrosamente creció en mis entrañas. Aprovechó el estar profundamente insertado para empezar a correrse. Parecía que había fuego en mis intestinos, y noté un dolor muy fuerte en la parte mas profunda de mi interior, como si hubiera ganado un espacio en la siguiente fase de mis ...