1. Chus y Cholo


    Fecha: 23/07/2020, Categorías: Incesto Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... ella, se desvirgó el chochito y el culo.
    
    Aquello me sobrepasaba. Sabía que había mujeres que les encantaba que las follasen analmente, pero Chus, si Chus parecía un ángel, una santa... Impaciente por saber, le dije:
    
    -Cuenta, cuenta.
    
    -Después de corrernos, mi hermana, me puso una teta en la boca y más tarde la otra mientras ella las magreaba. Luego subió encima de mi y me puso el chochito en la boca. Se ve que le encanta que se la coman. Saqué la lengua y dejé que disfrutase. Movió el culo de atrás hacia delante. Los pelos de su chochito me hacían cosquillas en la nariz. Su vagina soltaba tanto jugo que me embadurnaba la cara.
    
    Minutos más tarde, mi madre, que debía estar de cachonda para arriba, alzó la voz, y le dijo a mi padre:
    
    -"Me voy a correr otra vez, Faustino".
    
    Las palabras de mi madre debieron excitar sobremanera a mi hermana, ya que después de sentirlas, me susurró al oído:
    
    -"Y yo, yo también me corro, Cholo".
    
    Una pequeña cascada de jugo calentito bajó por mi lengua y cayó en mi boca. Mi hermana volvía a temblar y a gemir muy bajito. Su corrida fue inmensa. Me harté de tragar aquel delicioso jugo de textura cremosa. Al acabar de correrse, me besó y luego me volvió a dar las tetas a chupar, esta vez sin magrearlas. Después llevó su chochito hasta mi polla empalmada. Moviendo el culo alrededor, la fue metiendo, despacito. Le entró justa, muy justa, justísima, pero le encantaba. Me comió a besos mientras la metió. Al tenerla toda dentro me folló ...
    ... con tanta ternura que creí que me estaba follando un ángel, pero no era un ángel, no, un ángel no se corre como se corrió ella, ni su chochito atenaza la polla y la baña de jugo como me la bañó ella, ni besa con tanta pasión. No, no era un ángel, era una diablesa. diablesa que después de correrse quitó la polla del chochito y jugó con ella en la entrada de su ojete. Hacía círculos sobre él. Yo empujaba tratando de meterla. En una de las veces que se quedó quieta con la polla en la entrada le metí la mitad del glande. La sacó y volvió a moverla alrededor de la entrada. Se volvió a parar y le metí el glande entero. La volvió a sacar y volvió a acariciar el ojete. Luego la metió en el chochito. Creí que me iba a follar otra vez con él, pero no, la sacó y puso la polla engrasada en la entrada del ojete. Le metí la cabeza. Empujó con su culo y la metió hasta el fondo. Al llegar al fondo me corrí dentro de su culo. Mientras me corrí no paró de besarme y de acariciar mi cabello. Tardó mucho en correrse, pero cuando lo hizo se corrió sacudiéndose como si estuviera sufriendo un ataque epiléptico.
    
    Empalmado como un toro, y deseando llegar a casa para pelármela, le dije:
    
    -La corrida debió ser épica.
    
    -Lo fue.
    
    -¿Y qué más hicisteis?
    
    -Nada, cuando se recuperó de la brutal corrida se puso las bragas y el camisón, y sin decir una palabra, volvió a su habitación.
    
    Tenía que preguntárselo.
    
    -¿Por qué me contaste esta historia?
    
    -Porque esta noche mis padres van a Portugal a ...