1. Nuestra amiga argentina ¿cae en la trampa?


    Fecha: 06/10/2017, Categorías: Incesto Autor: dantraloco, Fuente: CuentoRelatos

    Esto que les cuento me paso esta semana (hace tres años), y todavía me cuesta creerlo, voy a tratar de ser lo más sintética posible, porque si no se va hacer largo. Tengo un amigo, que es un genio, que sin saber esto, me alentó con el solo hecho de comentarme y fundamentarme que todas las mujeres tenemos nuestra parte lésbica, algunas nos animamos a mostrarla y otras no.
    
    Matías, el amorcito de mi vida, siempre cuento que esta de novio con una rubia hermosa, si, es cierto es muy linda y con un muy lindo cuerpo, muy armónico, tan linda es que le ofrecieron trabajar de modelo un par de veces.
    
    Antes que nada, para que entiendan (y no piensen que estamos todos locos jeje) yo con Matías tengo una relación muy especial, nos conocemos de chicos, y aparte de tener la mejor piel, química, sexo, que puedo tener con alguien, tenemos una confianza única, nos hemos contado cosas que a nadie le contaríamos.
    
    La cosa es que Matías, hace ya bastante tiempo me confesó algo que me dejo sorprendida, me dijo que notaba algo raro en su novia, el sentía que cogía por obligación, que no la veía gozar (y eso que Matías sabe coger jaja), y que la ve desde hace mucho muy compinche con una amiga, que nunca vio nada raro, pero que sospecha que es lesbiana. Pero él me decía lesbiana, lesbiana, no como yo que me acuesto con mujeres (él lo sabe) pero muero por una pija jaja.
    
    Me pidió algo muy loco, y era que tratara de, como decirlo, seducirla o algo así, y ver qué onda, que en la única que podía ...
    ... confiar en esto era en mi, y que se dio cuenta que un par de veces me miraba demasiado. La verdad no le dije nada, ¡me quede sorprendida!, Matías “mi amante” ¿me está pidiendo que me coja a su novia?, una locura.
    
    Mientras lo pensaba, me fui haciendo amiga de ella; con la excusa que me puede ayudar con lo que yo estudio, siempre le preguntaba algo, y le decía que un día tenía que venir a casa a explicarme unas cosas, y así hablamos un tiempo.
    
    Todo esto que cuento en un par de renglones llevó su tiempo, tiempo que Matías se animara a contármelo, me lo iba diciendo de a poco, tiempo en que yo lo asumiera, y tiempo en que me decidiera para hacer lo que hice.
    
    La semana pasada me decidí, le dije si quería venir a casa a explicarme eso, y me dice que sí, que pasa antes de ir al gimnasio, pero que estaba así nomás, con esos pantalones cortos que se usan para el gym y una remera, no importa le digo, ven igual. Obvio que yo también me puse un pantaloncito corto.
    
    Llega, vamos a mi cuarto, nos sentamos en el escritorio, yo me pongo bien cerquita, rozaba mi pierna con la de ella (quería ir viendo sus reacciones) ella no decía nada y hacía lo mismo, nos seguíamos rozando las piernas, ya sentía su piel suave, subí un poco la apuesta y con cualquier excusa, me acerco para agarrar algo del escritorio y le meto mi pierna entre las de ella, y nos rozamos bastante, después nos pusimos hablar, una frente a la otra (ustedes, vieron las mujeres somos más de tocarnos, sin que eso quiera ...
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