1. El diablo disfrazado de mujer madura


    Fecha: 06/10/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Alien_system, Fuente: CuentoRelatos

    ... aparentando ante a gente que pasaba por la banqueta de la calle que solo estábamos platicando de cosas personales o del negocio, de vez en cuando ella se agachaba por abajo del mostrador y se metía mi verga a la boca, que delicia de boca de mujer, de hembra hecha y derecha que sabe lo que quiere y como lo quiere, esa hembra era en verdad una loba, un demonio con cara de santa y que no rompe ni una botella, cuando ella mamaba mi verga y me veía con esos ojos color miel a los ojos, era una sensación que no se puede un jovenzuelo imaginar y que solo en películas porno de la época podía ver y jalarse el pescuezo al ganso hasta que desfleme toda la leche, pero esta mujer me estaba cumpliendo una de las grandes fantasías de cualquier hombre a esa edad, que una mujer te mame la verga y te vea a los ojos con esos ojos claros disfrutando lo que ve y como puede manejarme a su antojo, se veía que tenía experiencia y ya estaba deduciendo que esa loba si era culpable de todos aquellas acusaciones que parecían chismes de mujeres envidiosas, ese demonio con piel de oveja traía el infierno bajo ese menudo cuerpo de dama religiosa y responsable. Me estaba aplicando una mamada de ensueño, acariciaba mi verga se la metía a su boca que apenas hace unos minutos había besado, sacaba la lengua para limpiar el exceso de su saliva alrededor de mi tronco, y se lo tragaba, era una guarra, con cara de inocente, y yo no me quedaba atrás, ahí parado con cara de pendejo viendo pasar a la gente por la calle ...
    ... que no imaginaban lo rico que me estaban mamando la verga esa hembra insaciable, así que ahora me tocaba a mi disfrutar de esa dama, así que ahora fue el turno de ella, de pararse frente al mostrador como si estuviera viendo la tv de enfrente mientras yo sentado abajo del mostrador haciendo a un lado la pila de refrescos y cachivaches que había debajo, para poder hacer un lugar para poderme colocar frente a ella, que iba enfundada en sus clásicos vestidos que parecen uniforme de los testigos de Jehova, no fue difícil ya estando en ese obscuro lugar debajo del mostrador y bajo su falda que era holgada y cabía ampliamente abajo de ella, por lo que esa hembra me permitía estar en su intimidad donde me incitaba a pecar, beber de su agua llena de lujuria, le baje su calzón que era normal pude sentir con mi boca aquella pelambrera de vello púbico, pude recorrer a mi antojo sus labios en aquella obscuridad, no podía ver mucho bajo su falda, solo era sentir con mis manos, mi lengua, y los aromas que me estaba regalando esa mujer tan caliente, de vez en cuando salía a tomar bocanadas de aire, ya que el calor de su pucha, y estar bajo su falda con esa pepa caliente a veces era asfixiante aunque no desagradable, sino más bien morboso erótico y sensual por lo que estábamos realizando casi en la vía pública, sabía que no teníamos mucho tiempo porque en cualquier momento podría entrar al negocio algún cliente, por lo que me enfoque a disfrutar de los placeres que me ofrecía su miel que ya ...
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