1. El diablo disfrazado de mujer madura


    Fecha: 06/10/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Alien_system, Fuente: CuentoRelatos

    ... que abiertas, ya que a veces me tiraba el calzón descaradamente y yo trataba de hacerme el pendejo (a veces unos de joven es muy pendejo y no ve las claras señales del “amor” en este caso no era amor, sino calentura) hasta que en un momento dado, tanto va el cubo al pozo que este sede, y fue así como una tarde en que no había clientela y ella estaba en la cocina y yo en el mostrador, de momento cuando pasaba por el pasillo del mostrador, con supuestas tareas que hacer por esa área, ella pasaba y me miraba con esos ojos de diablilla y me pedía permiso para pasar en aquel estrecho pasillo y a veces entre roce y roce, yo hacía alguna caricia y ella me provocaba más con esa mirada retadora, que me hacía recordar la tarde anterior donde nos besamos, así que la seguí hasta la cocina y en la privacidad de esa área, nos volvimos a besar, ya con un poco de más malicia de mi parte ya que me había dado tiempo a analizar toda esa situación ocurrida en la tarde donde ese demonio me hizo hecho pecar, y aun con la poca experiencia que yo tenía, deduje que esa hembra quería más que un solo beso, ella quería comerse mi verga, su actitud era esa, así que después de cachondear en la cocina, solo podía manosearla y besarla ya que era un horario de atención, y aparte desde el fondo de la cocina era riesgoso una aventura y que fuéramos descubiertos por algún cliente o si alguien de mi familia llegaba, además de que alguien debería estar en el mostrador para ver si llegaba algún cliente. Ella ...
    ... como siempre vestía de acuerdo con las reglas de su iglesia, mujeres no podían mostrar nada de su pecaminoso cuerpo, por lo que ella siempre trataba de ir al trabajo en vestidos que le llegaban hasta la rodilla la falda, blusas sin escote, y zapatos bajos, por lo que esa señora todos sus atributos eran naturales sin muchas expectativas o “producción” como le llamo.
    
    Así que esa calentura de esa tarde no podía dejarme con la verga así parada y que me fuera a descremar hasta la privacidad de mi habitación en la noche, ya tenía mi verga parada y lista para la batalla pero era obvio que no se podía hacer algo en esas circunstancias, mi pene ya estaba jugoso y llorando por conectarse con la pucha de esa hembra calenturienta, que solo podía sentir mi verga a través de mi pantalón y sus vestidos que eran de tela suave, por lo que era evidente que ella sentía el calor y la rigidez de mi verga pegada a sus cuerpo en cada arrimón que le daba, ella se quería hacer la inocente con esas picaras miradas y sonrisas que incitaban a más, como pude me enfile hacia el mostrador, y estando allí pude acomodar mi verga y lo saque, a lo que la hice venir hacia mi desde la cocina y pudo contemplar mi verga fuera de su cautiverio, ella se haciendo gala de un falso pudor solo atinaba a hacerme reclamaciones gestuales de que estaba loco, pero la verdad es que ese demonio sabía lo que hacía, y se acercó a mí, para contemplarla y acariciarla, sabía muy bien lo que hacía, ya que así estuvo a mi lado, ...
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