1. Cristina


    Fecha: 30/07/2020, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... una manera de intentar asegurar que puedo repetir con ella si me gusta y apetece, y viceversa, por supuesto.
    
    Llevo varios minutos empleándome a fondo, abrazado a Tina —quien con los ojos cerrados, las aletas de la nariz y la boca muy abiertas, respira fuerte y gime constantemente en mi oído, con gritos roncos dados en voz baja— sintiendo el roce de las paredes vaginales cada vez más, como si fueran cercando mi polla para estrangularla o hasta no poder apretar más, oyendo el ruido dechop-chopprovocado por los densos oleosos jugos sexuales, el entrechocar de pubis y muslos que añaden su propia algarabía a la fiesta, y mi propia respiración, que apenas noto por el zumbido de la sangre en mis oídos, como si un tambor estuviera siendo golpeado al mismo ritmo que le doypollazos a la mujer.
    
    Tengo que separar la cabeza de la de Cristina, porque le llega su orgasmo y antes de quedarse quieta, tensa como una tabla, de manera incontrolada me da un golpetazo en la frente y da un grito alto, fuerte, largo, que dura casi tanto como los espasmos de su vagina que, como si fueran abrazos o pellizcos, me aprietan hasta que me corro, eyaculando como una fuente de semen. ¡Qué gusto, qué bueno!
    
    Cuando le saco la polla todavía está con los últimos estertores de su larga y sentida corrida. Se queda adormilada, sin decir absolutamente nada, y en cuestión de segundos se ha dormido, buscando todavía su cuerpo recuperar por completo el resuello. La tapo con el edredón, me levanto a orinar, veo ...
    ... en el espejo que me va a salir un pequeño moratón en la frente, y cuando vuelvo no encuentro nada mejor que hacer que dormir yo también. ¡Vayapolvazo que nos hemospegao!
    
    Puesto en pie, con las piernas muy abiertas, observo como Tina se arrodilla ante mí sobre la mullida alfombra, y tras coger sus tetas con ambas manos, acariciarme con ellas durante un rato como si fuera a hacerme una paja cubana. Poco después comienza a lamer y chupar mí polla. Apenas utiliza las manos, las pone sobre mis caderas, y con la lengua, los labios, los dientes y la boca entera, me hace una mamada cojonuda, sin prisa, arriba y abajo, metiéndosela entera en la boca, muy dentro, chupando la tranca, volviendo constantemente al glande, pasando y repasando una y otra vez el capullo con la ensalivada lengua, punteándolo con la lengua, haciendo ademán de mordisquearlo con los dientes, lamiendo los testículos, que por momentos sujeta y aprieta con una de sus manos mientras que con la otra acaricia mis nalgas y la raja situada entre ellas, deteniéndose en el ano, apretando sólo un poco, apenas penetrándome. Son muchos minutos, con mi excitación creciente, la polla cada vez más tiesa y dura, con la sensación de tener los huevos a reventar, con el maravilloso placer visual que significa ver a esa tremenda mujer arrodillada concentrada en excitarme y darme gusto, todo ello con una sensación de líquida suavidad, como si mi orgasmo fuera a llegar tranquilamente, casi de la nada, a pesar del esfuerzo constante ...
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