La amiga de mi sobrina 1
Fecha: 07/10/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: JSV0410, Fuente: SexoSinTabues
... prepararla. Ella obedeció y dejó mi miembro perfectamente lubricado; me puse de nuevo detrás y apunté mi excitado y duro cañón de carne hacía ese anito abierto que pedía a gritos que lo rellenaran. Puse mi glande en la abertura, empujé suavemente hasta que logré meter la punta; se sentía muy caliente y apretado. Entonces, sin previo aviso, Isa se echó hacia atrás, ensartándose completamente en mi rabo. Solté un gran suspiro de alivio al notar toda la longitud de mi miembro dentro de esa niñita de 5 años que parecía que tenía muchos más por su manera de actuar. Se salió sola y me empujó hasta dejarme boca arriba en el sofá; agarró mi polla y la volvió a meter en su culito. Empezó a levantarse un poco y dejarse caer con el clásico movimiento de cabalgar; ella cabalgaba solita mi rabo, gemía y jadeaba mientras hacía sonar sus nalguitas contra mi cadera, todo el salón hacía eco con el sonido de choque. Estuvimos varios minutos así, ella cabalgando y yo alargaba mis brazos para agarrar sus planos pechos con una mano y acariciarle su melena con la otra. En ese momento la detuve y se la saqué. Ella se intentó lanzar a chupármela, pero la detuve y la puse a cuatro patas; la ensarté y decidí hacer algo que tenía en mi mente hacía tiempo, en esa posición de perrito la agarré de la cintura y la levanté, dejando sus brazos y piernas colgando. Yo daba lentas y profundas embestidas contra ese desvirgado y aun apretadísimo culito cuando noté que la pequeña alargaba su manita y agarraba ...
... con fuerza mis pelotas; Isa intentaba meter mis huevos dentro de su vagina a la vez que yo la estaba follando por detrás. Estuvo un largo rato intentándolo hasta que noté que mis huevos me daban mucho calor a la vez que tenía la sensación de que alguien me los estaba succionando. Miré hacia abajo y vi algo que endureció e hizo crecer un poco más mi cañón de carne; tenía a una ‘tímida’ niñita de 5 años ensartada con mi polla por su culito y con mis grandes pelotas en su coñito. La levanté con un brazo de manera que su espalda tocaba mi pecho, agarré con suavidad su pelo y lo aparté para darle pequeños besos a su cuello. “Ah, ah, ah. P-p-por favor, siga s-señor Arnau, n-no pares, m-m-m-me gusta mucho” – decía entre gemidos la pequeña. Yo seguía con mis embestidas hasta que noté que mis huevos querían sacar su cargamento de semen. Saqué mi polla; más dura y con las venas más marcadas de lo normal debido al calor del momento; y saqué mis pelotas de esa vaginita con bastante esfuerzo, era como si la niña no me quisiera devolver mis huevos. “Isa, aquí tienes la leche, toda para ti; piensa que me estaba guardando para vosotras, pero al no estar Eli te la daré a ti, que te has portado muy bien” – le dije mientras le daba grandes sacudidas a mi miembro a la vez que Isa se metía el glande en su boca, le daba lametones y me agarraba los huevos. Un par de sacudidas más y ocurrió lo inevitable; como si se tratara de un verdadero cañón, un gran chorro de leche salió disparado de mi polla ...