1. Inmorales: debutando con mi tía


    Fecha: 07/10/2017, Categorías: Dominación / BDSM Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... y que su bombacha goteaba un poco. Pensé que Melina era grande para hacerse pis encima, y me acabé en las manos de tanto acogotarme el pito con semejante panorama.
    
    Al rato en el baño me pajeé otra vez, y desde entonces, no había noche que no me pajeara por lo menos 6 veces. La tía nunca supo que la vi, y que no fue solo aquel día.
    
    Pero, cerca de mis 19 años todo se desmadró. A esa altura las tetas de la tía eran lo que mis ojos necesitaban para tocarme, y en varias oportunidades me acabé encima mirándoselas mientras merendaba. La tía a veces buscaba alguna situación para manotearme el pito, y decirme:
    
    ¡ojo con esta cosita pendejo eh, y más vale que uses forros!
    
    No entendía qué era aquello, pero vivía alzado con solo oír su voz. Mis deberes en su falda se habían vuelto mi mejor momento del día. Se me re paraba sabiendo que sus tetas rozaban mi espalda, que su perfume me embriagaba y que, en algún instante ella me iba a tocar el pene. Mi madre aún no sospechaba nada.
    
    Aquel 8 de marzo hubo una siesta llena de espanto. Los milicos habían reventado la casa de en frente. Se oyeron gritos, vidrios rotos, patadas, disparos y llantos desgarradores. Allí vivía una familia marcada por el peronismo, y al parecer alguien los delató por sus encuentros políticos.
    
    Yo pelaba un durazno en la cocina cuando la tía irrumpió de pronto y me llevó a los empujones a su pieza. Mi madre ese día trabajaba. No había feriado por el día de la mujer.
    
    ¡sacate la ropa y acostate Gabi, y ...
    ... no preguntes nada!, dijo Melina cubriendo las ventanas con gruesos acolchados. Se quitó el vaquero y la camisita, prendió el ventilador y me quitó el calzoncillo, el que yo no me animé a sacarme.
    
    ¡mirá cómo la tenés alzadito, está re dura, rica y caliente!, decía mientras me pegaba en el pito y meneaba las tetas. Cuando las apoyó sobre mi carne gemí de placer, y ella comenzó a restregarlas, a dar saltitos y a ubicar mi pene en la unión de esos globos perfectos. No pude aguantar y en un brusco sacudón acabé contra ellas. La tía gimió, me dio un beso en la boca y contempló que de nuevo mi verga se erectaba.
    
    ¡qué lindo que sos pendejito, tenés una pija hermosa!, me juraba la tía recostándose a mi lado. Yo tenía ganas de reír y llorar al mismo tiempo.
    
    Afuera los ruidos no cesaban, y adentro Melina me tocaba el pito mientras me pasaba la lengua por el cuello y las orejas. Me dolían un poco los huevos, y sentía que en cualquier momento me iba a mear en la cama. Pero ella adivinó mi sensación cuando aclaró:
    
    ¡cuando sientas que viene la lechita dejala salir mi chiquito!
    
    Ella me puso las tetas en la cara, y cuando su pulgar rozó mi glande mi semen fue una crema pegajosa en sus manos. Me fascinaba ver cómo se lamía uno a uno los dedos!
    
    ¡de esto ni una palabra a tu mami, está claro?!, dijo antes de meterse por completo mi pija en la boca y succionar como si tuviera la lengua de terciopelo y su saliva de chocolate. También mis bolas conocieron el calor de su boca. Yo me ...
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