Una familia sofisticada.
Fecha: 07/08/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Mi nombre es Verónica, hace tiempo que llegue a las afueras de la ciudad, junto con mi dadi, y mi mami Larissa; yo acabo de cumplir los 18 años hace una semana, y aunque casi no tengo amigos mi dadi se las arreglo, para organizarme una fiesta muy privada, solo, entre amigos de la empresa en la que trabaja, y me dejo invitar a algunos compañeros del cole en el que asisto.
Puedo decir que en mi casa mi conducta es intachable, aunque admito que todos los domingos me pongo mis bikinis favoritos y me voy a la playa a mostrar mi piel y mi bien torneado cuerpo mis medidas son 96-59-99, soy muy blanca y soy rubia natural; siento la mirada de los hombres desnudándome en la playa y mi pucha se moja de lo lindo; siempre saco muy buenas calificaciones en el cole, y yo casi nunca digo mentiras ji, ji; pues aunque de por si mi padre casi siempre está ausente, por su trabajo; por cierto es arquitecto en la construcción del nuevo tren subterráneo de la ciudad, es muy humilde y amistoso, saluda a casi toda la gente; aunque siempre nos deja muy claro cuáles son sus reglas, todavía recuerdo la última vez que me agarro a cinturonazos en las pompas por haber sacado un siete en lugar de un diez; quise escapar, pero no pude; y cerca de media hora estuve siendo nalgueada sin parar, hasta que mi mami intervino, el muy canijo me dejo todas las nalgas marcadas, ardiendo como tomates.
Mi dadi es un hombre ejemplar y nunca me falla, aunque a veces mi dadi llega a deshoras de la madrugada, muy ...
... borracho a mi casa y nos despierta a mi mami y a mí; el muy cabrón entra a mi cuarto sin la mas mínima contemplación y me hace su gata particular, el sabe que cuando llego a mi casa después del cole me gusta tumbarme cerca de la alberca o en mi recamara a ver películas porno, y a veces me gusta exhibirme en la web cam con desconocidos, es algo que me pone a mil; por otra parte el es todo un león en las faenas de complacer mujeres y cada vez que me folla me deja tiritando de placer.
Sin la más mínima delicadeza, mi dadi me desnuda con sus manotas callosas de forma brusca, sintiendo su mirada lujuriosa sobre mis carnes tiernas y rosadas; me tumba la cabeza boca abajo, entre mis sabanas, con las manitas bien aferradas en mi cama y el cabrón ese, comienza a masturbarse la polla entre mis nalgas; blanquísimas, de princesita, de porcelana.
A veces no puedo resistirlo y me vengo antes de que siquiera me penetre, tan solo con sus caricias que solo un papi puede prodigarle a su cría, creo que en ese aspecto soy muy anticuada y necesito de sus besos cotidianos, para sentirme realizada, después de todo, el tiempo parece no alcanzar para estar más tiempo juntos, y es que una noche con el no la cambio por nada, ese hombre es mío y el sabe que me desvivo por el, no se le acerquen lagartonas, o les echo a mis perritas; ji, ji.
A mi dadi, le encantan los fetiches, incluso en una ocasión me compro una corona de diamantes falsos, pero que brillaba mucho, me puso encuerada con tan solo un ...