Gordibuena
Fecha: 08/08/2020,
Categorías:
Confesiones
Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos
... sentida, con el lento fluir del semen que parece haber perdido su fuerza y sale tranquilamente prolongando mi gusto y la sensación de placer que da vaciarme como si ya no me quedara más semen en el cuerpo, como si desde lo más dentro de la próstata o de la misma columna vertebral saliera hasta la última gota. Fabuloso.
Graciela se ha levantado al cuarto de baño, yo acierto a coger mi vaso para dar un gran trago y apenas me doy cuenta de si se tumba o no la mujer a mi lado. Me duermo.
Es media mañana cuando me despierto dándome el sol en la cara, cansado, abotargado, con resaca, algo confuso y mirando que Graciela sigue durmiendo a mi lado. ¡Vaya nochecita! Casi nunca he sido hombre de más de dos o tres polvos seguidos en un espacio de tiempo razonable, pero he batido todos mis récords. Con esta hembra… lo que haga falta. Me estoy meando, voy al aseo y aprovecho para mirar que en el móvil tengo tres mensajes de Juan, en los que dice que está en nuestra habitación con las dos guiris de la playa y que le disculpe si preguntan por él a lo largo de la mañana. Ni contesto, ya nos lo contaremos mutuamente, seguro, al fin y al cabo somos hombres, y para qué vale follar si no se lo contamos a los amigos. También tengo un mensaje de Berta en el que dice que se ha enamorado de Carmen, está agotada por la noche de sexo y quiere que quedemos a comer los cuatro, porque está segura de que sigo con Graciela. Le contesto que sí, si logramos despertarnos del todo.
—Miguel, por favor ...
... pásame la botella de agua
Un beso suave en mis labios tras estirarse de manera felina y dar un largo trago de agua, sonrisas cómplices y una breve carrera hacia el cuarto de baño para pillar la ducha —tengo hambre, has hecho bien en quedar con Carmencita y Berta— después de sentarse en el inodoro. La puerta abierta del cuarto de baño y la mampara trasparente de la ducha me permiten observar el cuerpo de Graciela en total plenitud, lavándose el pelo, enjabonándose, pasando sus manos por las nalgas y el sexo dejando un rastro de espuma y burbujas de jabón. Me estoy poniendo cachondo —¡otra vez!— así que me acerco a la ducha, corro la puerta y rápidamente entro poniéndome detrás de ella. Un beso en el cuello que se parece mucho a unchupetón, se dobla levemente por la cintura y guiándome con la mano derecha penetro su coño con el rabo ya erecto.
—Tío, eres una máquina y un salido
No hablo, me agarro a sus caderas y empiezo a darle un metisaca rápido, profundo, fuerte, sin sacar la polla en ningún momento, al estilo conejo, intentando resguardar mi cara detrás de su cabeza para que no me dé tan directo el chorro de agua. Mientras, ella se está acariciando el clítoris con la mano derecha y se sujeta en la columna de los grifos con la izquierda, los ojos cerrados, acompasando su movimiento al mío, que dura poco tiempo porque me corro dando un corto y fuerte grito, de manera que me entra agua en la boca, en la garganta, y me da un ataque de tos en mitad del orgasmo. Se la ...