-
Juegos Peligrosos. Capítulo # 3
Fecha: 16/08/2020, Categorías: Gays Autor: junior, Fuente: RelatosEróticos
20/4/2005 La semana santa había comenzado, y en mi segundo lapso escolar había salido estupendamente. Las notas no bajaban de 18. Lo cual era muy bueno. Mis padres, nos llevaron de vacaciones a Puerto Píritu. Ya que allí mi mamá tenía algunos familiares. No solo en semana santa fuimos a ése pueblo. También lo hicimos en Carnavales. Las razones eran bastante obvias… un viaje a ése pueblo era lo que podíamos pagar. Porque como sabrán, la situación empeora cada año… Ahora que recuerdo. Muchos de mis compañeros nos preguntaban cómo es que pudimos pagar la casa en esa residencia tan costosa. Y es que resulta que estaba a un muy buen precio y obviamente era algo que no se podía pasar desapercibido. En Puerto Píritu… un pueblito con exiguas recompensas. Conocí a muchas personas. En carnavales vi las pobres comparsas, admito que llegué a sentir lástima. Y en semana santa, pasé casi dos o tres días seguidos metidos en la playa. Lo peor que pude haber hecho. Ya que esos dos o tres días se convirtieron en 4 semanas consecutivas visitando al dermatólogo, por unos terribles hongos que nos salieron a todos, menos a mi mamá y mi hermanita que por suerte no se metieron en la playa. Después de la Semana Santa comenzaron las clases de mi último lapso del año escolar. Ése lapso escolar fue muy peculiar, lo recuerdo perfectamente. ¿Cuántos de ustedes saben lo que es la OUIJA? Bueno… tuve una experiencia horrible con un tablero, y 6 amigos de clases, incluida Diana que era la más ...
... loca de todas. Pero caer en detalles sería contar otra historia igual de Larga. En ése lapso me había hecho de unos cuantos amigos más. Julio, de la sección B y Mariana de Octavo A. entre otros. Pero estos dos personajes serán una pieza clave. Mucho, mucho más adelante. A diario escribía en mi cuaderno. Todas las anécdotas que experimentaba. Ese cuaderno vale oro. Aún conservaba la primera nota que me había dado Rodrigo. Por cierto… ahora que hablamos de Rodrigo… de él no sé absolutamente nada. Y vaya que le he preguntado a Bruno y a la señora Virginia, pero ellos no responden nada. ¿Será que el imbécil del señor les contó lo que supuestamente había visto? ¡Ése homofóbico de mierda! Un día, en la hora del receso, Diana y yo estábamos hablando. Como siempre. Pero en esa oportunidad era algo completamente distinto a lo que hablábamos con frecuencia. —¡Oye Max! ¿Sabías que la homosexualidad es un pecado maldito por Dios? Eso me había asustado. No quería estar maldito. Y mucho menos por Dios… La miré asombrado y le pregunté de dónde sacaba eso. —Bueno… es que mis padres ahora están asistiendo a la iglesia, y en una de las charlas que nos hicieron, mencionaron eso. ¡Oh, por Dios! Eso era terrible. Sobre todo para mí. No… corrección. En especial para mí. Bueno, a decir verdad, en ése momento aún estaba confundido. Y tal vez lo que sentía por Rodrigo era una equivocación. Simplemente eso. Pero no quería, por nada en el mundo molestar a Dios. Y aunque quería ...