Autopista hacia el cielo
Fecha: 17/08/2020,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... su saliva, el ruido de la lengua al comer un coño con ansia y dedicación era lo único que se oía a parte de los escasos coches que iban por la autopista. Mis gemidos fueron subiendo el volumen, aquí no podía oírme nadie, así que era la libertad total de dar rienda suelta a mis gritos.
Me cogió de la cadera y me arrastró al borde del asiento. Empezó a meterme los dedos mientras su lengua seguía jugando con mi clítoris. Sus dientes me mordían de vez en cuando, lo que me provocaba ligeras contracciones en el útero. Una oleada de sensaciones me vino al instante, me quedé con todo el aire en mi pecho, en silencio, justo antes de que un grito desgarrador, un gemido profundo y unos espasmos me sacudiesen como signo del gran orgasmo que acaba de tener.
José se quedó mirándome sonriendo y me dijo, esto es el primero de los muchos que vas a tener este fin de semana, pero yo no me he corrido.
Dicho y hecho como un muelle, me levanté y le puse apoyado en el coche, mientras yo me ponía de cuclillas con sus piernas entre mis piernas. Cogí su polla con mi mano y la llevé directamente a la boca mientras le miraba. Sus manos ya estaban sobre mis pezones. Sus gemidos y sus “así, asÍ” indicaban que no iba mal encaminada con la boca. Seguí jugando con mi boca, llenando su polla de babas y sus gemidos iban en aumento ...
... también.
- Tengo que follarte, esto no puede quedar en una corrida en la boca, esto se merece mucho más.
Sin titubear un momento cogió un condón de su pantalón y me puso con el culo en pompa y las manos apoyadas en el lateral del coche. Metió su polla de una embestida, profundamente y un grito salió de mi garganta. Se quedó quieto pero escasos segundos y empezó a follarme de forma brusca e intensa. No podía parar de gritar, eran tal las sensaciones que era como si estuviese en un orgasmo continuo. Cogía mis caderas, mis tetas, mi pelo, mis codos, no paraba, estaba acelerando cada vez más. Nos fundimos en uno, nos corrimos casi al mismo tiempo y se quedó con su polla metida unos instantes, con todo su cuerpo apoyado en el mío.
- Sin duda esta autopista la voy a recordar siempre como la autopista hacia el cielo, dijo y los dos nos echamos una carcajada recordando la serie de televisión.
El fin de semana puede decirse que fue intenso, descubridor de nuevos agujeros y de nuevas posiciones en el sofá que todos recordaréis de mis primeras emisiones.
De ese fin de semana, me llevo ese momento autopista y el descubrimiento del placer anal en ambas versiones. No sé si algún día el protagonista leerá este relato o si adivinará que era él, sólo le podré decir, Cristóbal Colón no es nadie comparado contigo.