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La costa y su encanto
Fecha: 25/08/2020, Categorías: Masturbación Autor: Marcos Sur, Fuente: CuentoRelatos
... la goma y masajeé su clítoris con la yema de mis dedos mientras metí un dedo suave. Marta tiró del elástico de mis bóxers y mi miembro duro quedó al aire... no tardó nada en agarrarlo como una enorme banana que masajeaba sin descanso... Mi polla brillante de mis líquidos, apretada en su mano... con mis venas marcadas en el tronco... y mi capullo apareciendo y desapareciendo babeante entre su mano firme. Marta se puso de cuclillas y murmuró "joder que rica"... poniéndose muy muy loca mirándome mientras lamía y saboreaba mi polla... comenzando a mamármela... mientras yo abría su vestido por detrás dejando sus tetas en el sujetador que tampoco tardé en abrir... Sus duras tetas blancas rozaban mis muslos y subía de cuando en cuando apretando mi polla entre ellas... Se levantó y la senté en una mesa sacándole el vestido mientras me quitaba la camisa... me agaché entre sus piernas, lamiendo su clítoris con mi lengua y saboreando su flujo a la vez que mis dedos la penetraban su coñito y frotaban su culito de casada. Marta no podía evitar los jadeos y los gemidos mientras me comía ese coñito tan suave... para después entre lametazos oí... "Quiero que me folles antes que nos pillen..." me puse de pie... y ayudado de mi mano pasé mi capullo desde su culito a su clítoris... y poco a poco lo bajé enfilándola entre los labios de su coño. Poco a poco mi capullo era tragado por su coñito y mi ...
... tronco entraba más a fondo ayudado por el movimiento de mis caderas. Marta me abrazaba con sus piernas por mi cintura y sus tacones me apretaban en los cachetes de mi trasero. Nos besábamos entre gemidos al mismo tiempo que mi miembro se follaba su coñito más a fondo y más fuerte... Marta se bajó de la mesa y me pidió que me tumbara en la mesa que quería disfrutarme. Se subió sobre mí y agarro mi polla con la punta de los dedos penetrándose ella misma y dejándose caer. Despeinada, con la marcas del bikini, con sus redondas tetas botando y haciendo ochos sobre mi polla se movía con locura. Ahí sentí como me estaba follando como ninguna tía lo había hecho. Yo agarraba su cintura y acariciaba sus tetas pellizcando suave sus enormes pezones rosados. Marta aceleró el ritmo hasta que empezó a chillar que se corría moviéndose de una forma que hizo que no pudiera aguantar y nos corrimos a la vez gritando. Ella sentía cada chorro de mi leche en su coñito a la vez gemía desesperada en su loco orgasmo. Estaba que no me lo creía y sin sacarla aún ella me besaba mi boca como a un adolescente, murmurando: "Esto está muy mal pero me ha gustado tanto..." Aquella noche fue inolvidable y no fue la única aquel verano que Marta y yo acabamos jugando juntos. Ella pasó de ver esa infidelidad como algo prohibido a un escape necesario... Mi correo[email protected] para cualquier sugerencia. Gracias.