Delicioso y Prohibido II. La seducción de Diego
Fecha: 26/08/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Kalinero, Fuente: SexoSinTabues
... y abrazados los dos. -¡Diego!- No dijo nada. Llevaba la mochila puesta. Se fue al Instituto solo. Juan se fue una hora después. La situación me pareció ahora muy preocupante, así que decidí que había que acelerar los pasos con Diego. Si el fin de semana se iban con el padre, y Diego no había follado conmigo, podría contarle a mi ex lo que había visto y había intentado, y entonces sería un desastre. Yo estaba segura que Diego me deseaba, así que tenía que forzar una situación definitiva. Así que cuando vinieron del Instituto los miré a la cara. Diego no quería mirarme y Juan me sacudía la cabeza, como diciéndome que había intentado hablar con él. Había tensión en la casa y cuando tuve un rato a solas con Juan le pregunté qué había dicho o comentado. -Mamá, dice que él no quiere ser un estorbo entre nosotros. Pero yo se que se siente como tú decías, desplazado. Yo ya le he dicho que tu deseo es que tenga los mismos privilegios que él tiene, pero no se lo cree. Dice que lo haces a la fuerza. - Me imaginé lo que pasaba por la cabeza del orgulloso Diego. –Juan- Le dije mirándolo seriamente – Cuando tu hermano venga del entrenamiento, te piras- Y chasqueé los dedos como se suele hacer. Juan movió la cabeza, pero esta vez para asentir. Diego llegó cansado del entrenamiento. Miré a Juan, que en ese mismo instante dijo para que yo le oyera bien que había quedado con un compañero de clase para hacer un trabajo. Diego se metió en la ducha. Ya me lo imaginaba bañándose como el día ...
... anterior. Me desnudé en mi dormitorio y me metí en el baño. Diego me miró fijamente y apartó la vista. Estaba resentido, pero no creí que el resentimiento le fuera a durar mucho al verme desnuda y ofrecerme de aquella manera. Me metí en la ducha con él. Lo abracé e intenté besarle en la boca. Al principio la rechazó, pero luego me atrapó los labios con los suyos. El agua caliente nos caía por la cabeza y los hombros. Esta vez él me agarraba las nalgas con más fuerza que yo a él. - ¿Quieres que te lo haga? – Le dije mirándole a los ojos -¿Te hago lo de ayer?- Me miró serio y me dijo -¿Lo vas a hacer por lástima? – Le besé en la boca. –Lo voy a hacer porque te lo mereces. - Le volví a besar y nuestras lenguas se entrelazaron. Sus manos recorrían mis costados, y se posaban en mis nalgas. - ¿A él también se la comes?- Me dijo Diego -A Juan le encanta que se la coma, y le encantan otras cosas que te enseñaré a ti si tu quieres ¿Quieres?- -Claro que quiero. - Me dijo, y me hizo una confesión que me llegó al corazón – Has sido la musa de mis fantasías eróticas desde que se me levanta? – Le cogí el pene y comencé a ordeñarle con la mano, porque no podía separar mi boca de la suya. Le acariciaba el escroto con los dedos, moviendo los dedos desde detrás hacia delante y luego le cogía el pene en la palma de la mano. - Pues si yo soy tu musa, entonces estás de enhorabuena, porque soy tuya. - Y continué besándole apasionadamente mientras le manoseaba el pene. Me separó y puso las manos sobre ...