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En la sala X del sex shop
Fecha: 29/08/2020, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... imágenes mostraban a uno de los chicos follando a la chica a cuatro patas en el suelo y el otro chico estaba de pie frente a la chica follándole la boca. Esa polla me tenía hipnotizada, deseaba tenerla en mi boca y chuparla, chupar una polla es un placer indescriptible y aunque haya mujeres que pueda darle reparos yo disfruto haciéndolo. Me recliné ligeramente en mi asiento para acerca mi boca y besarla, pero el hombre la acercó moviendo sus caderas y mis labrios se entreabrieron para recibirla con dulzura y excitación… Efectivamente la polla de ese hombre era mucho más gruesa que la de mi marido, y en mi boca la sentía dura como un mástil. Yo me encontraba totalmente inclinada follando esa polla con mi boca mientras sus manos intentaban manosear nerviosamente mis pechos alzándome el jersey… Me sentía disfrutar del momento y la polla de ese hombre parecía desear explotar de un momento a otro. Justo entonces sentí como una mano se había posado sobre mi falda acariciando mis nalgas descaradamente. Alguien que seguramente había visto lo que ocurría se había sentado en el asiento que quedaba a mi otro lado y me estaba manoseando intentando subir mi falda. Intenté reincorporarme, pero el hombre al que le estaba mamando la polla lo impidió cogiendo con sus manos mi cabeza para que no dejara de chuparla. Sentía como las manos del otro hombre se movían con decisión, había logrado alzar mi falda y sentía sus manos acariciar el interior de mis muslos desnudos para ...
... hacerse camino hasta rozar mis braguitas que a estas alturas estaban empapadas. La polla que tenía entre mis labios seguía deliciosa y aunque parecía que iba a explotar de un momento a otro, el hombre lograba controlarse intentado prolongar su excitación. Mi deseo me llevo a entreabrir mis muslos para facilitar el camino de mi segundo “invitado” que no desaprovecho la ocasión para acariciarme con sus dedos y apartando ligeramente la braguita para colarlos en mi intimidad. Gemí de placer al sentir los dedos de ese desconocido, justo cuando sentí unos fuertes resoplidos y una enorme corrida llenaba mi boca…no dejé de chuparla para recibir varios chorros más que tuve que tragar para no ahogarme. Los gemidos de ese hombre seguramente no pasaron desapercibidos al resto de la sala que imagino que pasaron el centro de atención. El hombre que se había terminado de correr se abrochó el pantalón como si tuviera prisa y sin despedirse se marchó. Por mi parte me recompuse en mi asiento sintiéndome con más ganas de seguir disfrutando, pero con la necesidad de limpiar mi boca y acomodarme un poco… Entonces pude ver a mi segundo “invitado” que se mantenía igual que yo muy excitado esperando poder seguir disfrutando de la situación. Se trataba de un hombre algo mayor que el anterior, iba vestido con un traje elegante, aunque había aprovechado su espera para bajarse la cremallera del pantalón y sacarse la polla que me pareció bastante más pequeña, aunque a esas alturas creo ...