Ganar por una vez
Fecha: 31/08/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos
No tuve la culpa de ser como soy, yo no pedí venir al mundo.
Cuanta la historia que la convivencia entre mamá y mi papá fue terrible, siempre habla de él como el error de su vida, un gordo ebrio y vago que no hacía nada, solo discutir, un tipo que solía andar de putas y volvía a cualquier hora, y mamá era la que trabajaba para llevar la familia adelante.
No alcancé a conocer a mi padre, cuando tenía apenas un año discutió en una cantina, pasado de copas y fue acuchillado en una pelea de todos contra todos.
Tiempo después mamá conoció al que fue mi padrastro hasta mi adolescencia, un tipo fino, culto, rubio de ojos claros, de corte inglés, quien nos sacó de la pobreza y nos dio los lujos que nunca habíamos tenido.
Producto de esa relación llegó mi media hermana, Angelina, cinco años menor y con la que no me llevo nada bien.
Pero ni ella ni yo tuvimos la culpa…
Aunque mi padrastro nos abandonó en plena adolescencia, mamá siguió tan enamorada de él que cargó con todas las culpas de la ruptura, jamás pudo asumir que el bastardo la había abandonado por una chica mucho más joven…
Mi hermana y yo siempre fuimos muy diferentes, tener distintos padres fue muy notorio en lo físico, ella es alta, rubia de largos y finos cabellos, de ojos azules como el mar, de pechos turgentes y cola respingona, paradita y provocativa, con una cinturita de envidia y un caminar elegante y llamativo, esas chicas que todos se dan vuelta al verla pasar.
Y que hay de mi… morena de ...
... cabellos enrulados, ojos café, la naturaleza no fue buena conmigo, casi no tengo pechos, de exageradas caderas, desproporcionadas y con bastante celulitis a cuesta, era el patito feo de la historia siempre viviendo a sombra de mi bonita hermana.
Pero ese era apenas una parte del problema, porque en verdad el problema era la tortura psicológica que ejercía mi madre, Angelina era siempre la perfecta en todo, el espejo en el que yo debía reflejarme, ‘Angelina esto’ ‘Angelina lo otro’ Angelina, siempre Angelina…
Imaginan que lindo era escucharla llenarse la boca con sus amigas sobre lo genial que era su hija, si… su hija, como si yo no existiera, porque cuando se trataba de adular y mostrar las joyas de la familia, Angelina siempre estaba en su boca…
Yo siempre parecía ser la culpable de todo, dueña de todos los fracasos, mientras que ella, era dueña de todas las virtudes…
Imaginen la situación cuando con veinticinco aún estaba soltera y bajo sus polleras, apenas con un título secundario mientras mi hermana avanzaba en su carrera universitaria.
La frase ‘viste… aprendé de tu hermana’ la escuché tantas veces que creo que ya la tengo tatuada en la frente…
Frente a casa, calle de por medio había un gran local que siempre se alquilaba y habían pasado varios rubros en muchos años, fue cuando apareció en el barrio Adrián y sus amigos, en un abrir y cerrar de ojos montaron un local de ventas de motocicletas. En pocos días me hice amiga de los chicos que tenían mi edad, yo ...