1. Ganar por una vez


    Fecha: 31/08/2020, Categorías: Incesto Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... no sabía nada de motos, pero cualquier excusa era buena para regalarles una sonrisa, y en especial a ese chico.
    
    Adrián era tenía un rostro de quijada cuadrada, tipo americano, de cabellos lacios que el dejaba crecer a media espalda, ojos marrones y unos labios que me enloquecían, una sonrisa peligrosa, solía estar en jean y alguna que otra musculosa por la que yo observaba con disimulo y sonrojo sus torneados bíceps tatuados y su ancho y varonil pecho.
    
    Pero lo que más me enloquecía era su espíritu de locura y libertad, sentir el escape de su moto gritar al viento una y otra vez, verlo desaparecer en su corcel a gran velocidad molestando a las viejas chusmas del barrio, cada día, todos los días…
    
    Por dos años jugué a la adivinanzas con él, por dos años tuve fantasías con él, por dos años me masturbé una y otra vez pensando en él, por dos años esperé en vano a ser más que una amiga para él…
    
    Pero no estaba preparada para escuchar lo que escuche esa mañana, cuando el solo dijo:
    
    —Sabes… creo que seremos parientes! ¿Estoy saliendo con tu hermana, no te lo dijo?
    
    Fue la estocada final para terminar de derrumbarme, para terminar de humillarme, tantos hombres que había en el mundo y justo Adrián, justo el…
    
    Angelina podía tener cualquier hombre que quisiera tener, era solo proponérselo, todos estaban a sus pies en un chasquear de dedos, pero yo… yo tenía que trabajar y trabajar, no era justo…
    
    Lloré todas las lágrimas, hasta las que no tenía, y una vez más me vi ...
    ... marginada a ser la número dos…
    
    Viví todo su perfecto noviazgo día a día y cuando llegaba a los treinta asistimos a la majestuosa boda, mi hermana ya era doctora en Ciencias Económicas y yo seguía malgastando mis días…
    
    Mamá y yo quedamos solas en esa enorme casa, y a pesar que yo era su única compañía ella solo tenía palabras para endulzar a Angelina, su hija perfecta.
    
    Adrián seguía con el tema de las motos, negocio que le iba muy bien, y como hobby gustaba desarmarlas y arreglarlas, y hacía un tiempo había tomado un galponcito que teníamos al fondo de la casa, ese era su templo, el lugar donde cada tanto liberaba tensiones.
    
    Fue cuando tuve la idea, fue cuando tracé mi plan y me decidí a cambiar la historia, a hacer las cosas a mi manera.
    
    Todas las mañanas mamá iba a tomar él te con sus amigas, como si aún estuviera conviviendo con mi padrastro, envuelta en una vida de mentiras, y luego iba a sus clases de yoga, y en esas ocasiones, cada tanto podía encontrar a mi cuñado con sus motos en ese cuarto del fondo, solo el, solo yo.
    
    Hacía calor, busqué entre mis cosas, me puse un sostén de esos que aumentan un poco el busto y una remera un tanto holgada para disimular mi pancita, un culot para contener un poco mis glúteos y un short de licra que me hacía ver muy sugerente, demasiado, esos que usaba solo para estar de entre casa ya que era pequeño y parte de mis nalgas quedaban desnudas…
    
    Agregué medias y zapatillas y estaba lista para jugar mis cartas…
    
    Fui al ...
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