Ganar por una vez
Fecha: 31/08/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos
... patio, asegurándome que él pudiera verme, y empecé a hacer ejercicios bajo el sol y si bien no me consideraba bonita sabía a la perfección varios trucos para obtener de él toda su atención.
Transpiré casi de inmediato, mis axilas mi pecho, mis piernas, mi rostro, en minutos mi ropa empezaba a pegarse en mi cuerpo, y yo seguía en mi mundo simulando que ignoraba al hombre de mi hermana.
Adrián tenía que ser muy gay o estar muy enamorado para no comerme, fui a ese cuarto mugriento, mezcla de herramientas, lubricantes y restos de motos, el me miró sin decir palabra, me saqué la remera quedándome solo en sostén y dije:
—Uf! Que calor…
Mirándolo con cara de puta le dije:
—Adrián… hace años que quiero coger contigo… siempre quise hacerlo…
El tiró una herramienta que tenía en su mano y vino sobre mi como un lobo hambriento, me acorraló con violencia a un costado y empezó a besarme con locura, una de sus manos apretó uno de mis pechos, acaricié sus bíceps, esos que tanto me gustaban y sentí la rudeza de su pecho, me sentí mojar, mis pezones se despertaron de inmediato, que bien se sentía…
Su lengua se movía en mi boca, tomé su mano libre y la llevé a mis nalgas.
—Apretame el culo… me gusta que me aprietes el culo…
El me hizo caso y empezó a darme rudos masajes en mis nalgas, estiró el sostén hacia abajo con rudeza hasta sentir crujir los elásticos que imploraban perdón, mi teta derecha estaba desnuda y el empezó a chuparla, trataba de meterla toda en su ...
... boca y yo lo dejaba hacer, acaricié su cabellera y empujé su cabeza contra mis tetas, ahora el paseaba de una a otra y había llevado su mano sobre mi concha, por encima de la tanga y del short, refregando y refregando, pensé que me acabaría ahí mismo, mi sexo era mezcla de transpiración y jugos de excitación.
Volvió a besarme y fue mi turno de romper su musculosa, tiré con fuerza rasgando la tela, sus pectorales brillaron a media luz, eso me excitó demasiado, lo besé, acaricié la perfección de su figura masculina, pasé mi lengua por sus tetillas, sentía latir mi clítoris con fuerza y juro que me acababa en ese instante, apreté su verga por sobre el jean, estaba tan dura como la deseaba…
Pero Adrián era hombre y tenía más fuerza que yo, me llevó sobre su banco de trabajo, donde reparaba sus motos, había un coctel de partes grasientas, las corrió a un lado, y me sentó a la fuerza, la meza estaba impregnada en grasas, nafta y solventes, o algo por el estilo, sentí esos productos viscosos sobre mis nalgas y mis muslos, se me hizo tan erótico…
Estaba incómoda con mi espalda contra la rugosa pared de ladrillos desnudos, los vapores de los solventes se colaban en mis fosas nasales, me sentí embriagar, mi hombre tomó su banco de trabajo, un viejo taburete de chapa y se sentó entre mis piernas, me había dejado en posición ginecológica y había desnudado mi sexo, entonces me dijo con una sonrisa cómplice:
—Voy a revisar este motor a ver cómo responde…
El llevó su boca a mi ...