1. Ama de leche. María, la mujer de mi primera vez, tal vez eres tú.


    Fecha: 07/09/2020, Categorías: Incesto Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... despacio el uso de la lengua en el beso húmedo, la pasión le hace perder la cordura, la calentura la conciencia, el deseo todas las demás prevenciones.
    
    Buscamos la comodidad fuera del agua, tendernos sobre la hierba, revolcados, contacto bucal profundo, piernas enlazadas, acaricié los erizados pezones, suspira elevando las tetas al compás de la mamada urgente, se entrega al posesivo joven inexperto, lloriqueo y gemido, la hice acabar con mi boca comiéndole los pechos.
    
    María agradecía el goce, me tomó el pene, acarició, pajeó despacio, experta lentitud, crece en cada frote, se me nubla la visión, llevo la pelvis hacia ella, acabo, salta contra el vientre, pajea más despacio, para sacarle todo, el dedo toma la última gota, gesto ampuloso, para que vea recoger toda la leche, sin perderse una sola gota.
    
    El agua limpió las culpas y calmó las calenturas. El resto del día fue una tortura, el reloj alarga los tiempos, será un largo viaje del día hacia la noche, el momento esperado para intentar acercarme a su cama.
    
    La casa duerme, la pasión despierta, me deslizo como ladrón nocturno, entré en el cuarto de María, cerré con llave, me metí en su cama.
    
    —¡Por fin!, te esperaba. – Sacó mi bóxer, desnudo como ella.
    
    Juega de local, toma la iniciativa, me lleva por el desconocido camino del placer, maestra en besar, profesora en caricias, diestra en mamar y eximia en excitar mi verga.
    
    Me excita a mil, sacude y mama a ritmo controlado, retarda cuando “el indio” quiere ...
    ... gritar, vuelve cuando cede el tono de calentura. Llevó mi mano a su cueva, aprendo a leer con los dedos, sentir latir la calentura y el deseo en la humedad de una vagina.
    
    Montó, a horcajadas, asido a sus nalgas seguí el ritmo de subir y bajar con el choto dentro, sabe moverse, ondeando el vientre, se eleva y deja caer empalándose en la verga, sus manos apoyadas en mis hombros para poder fregar sus tetas en mi cara.
    
    Goza con el grosor de la pija, dirige la cogida, inclina, levanta y sienta a tope para y gozar al máximo del orgasmo, late y comprime la carne endurecida, hasta el último eslabón de la serie.
    
    Cumplida, sin salirse de mí, giramos hasta invertir la postura, piernas elevadas tomadas de las manos, mis manos fuerzan un poco más para llevarlas sobre su pecho. Toda abierta para el macho joven, me necesita en lo profundo de su sexo. Calentura incontenible:
    
    —¡Me viene María! - El grito ahogado, en su boca.
    
    —Dámela adentro. ¡Toda! ¡Córrete dentro!... lléname de leche.
    
    —Ah, ah, ah... –Se me fue el alma...
    
    Era mi primera acabada. Salió tanta, quedó llena del fluido lácteo, caliente y espeso, la toalla colocada exprofeso, recogió el desborde, el abrazo de ella la emoción que me invadía.
    
    Un instante después estaba dentro de María, en un momento otra eyaculación igual de abundante, sin sacarla, la verga chapoteando fue por otro polvo, casi juntos a cruzamos la línea del placer máximo. Desperté abrazado a ella, el “mañanero” fue el despertar de María, ahí me ...