Hermano Hermana
Fecha: 07/09/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: DENYS PERVERSO, Fuente: CuentoRelatos
... verga…---- levantaba mi panocha para coincidir con sus embates, de pronto Bernardo metió un dedo en mi culo, sentí miedo ante su asalto después de todo mi culo era virgen. Apreté con todas mis fuerzas, sin embargo, la sensación me era un tanto grata, así que poco a poco fui relajándome dejando que su dedo se internara en mi recto. La sensación fue creciendo en mi gusto. --- Nooo que sabroso nene, dame toda tu verga. --- y nos mecimos alojando su verga hasta el fondo. Pujamos gemimos y nos besamos con furia, no tengo palabras para describir lo que gozamos aquellos momentos. Nuestros cuerpos y nuestras almas estaban unidos de todos los sitios posibles, vivíamos la dicha inmensa uno con el otro. Bernardo volvió retirar su verga por completo de mi panocha, le miré y pregunté por qué lo había hecho. ---te quiero montar hermana, te quiero en cuatro patas como una perra. --- obedecí y dejé mi culo expuesto a sus caprichos preguntándome que pretendía.
De pronto sentí una fuerte bofetada en mis nalgas, lejos de molestarme, me gusto la sensación en mi trasero, ni siquiera grite. Que cosas tiene la vida Diana, tanto tiempo soñando con meterte la verga y prácticamente el destino te trajo a mí para devolverme la vida, ahora te voy a coger como tantas veces lo soñé. Me encanta la posición del perrito. De espaldas como estaba no podía ver las acciones de mi hermano, solo sentí como colocó su verga en mi ...
... vagina y en un solo envión me la atascó hasta el fondo, era una sensación diferente y muy grata sentir sus pelotas chocar en mi pubis. Gemí llena de placer. Bernardo aplicaba cada vez más fuerza en sus embates, percibí su dureza rosar en mi vientre solo que por dentro. De pronto empecé a gritar como loca. ---duro hermanito más duro más adentro métemela con todo y bolas. Oh que lindo me llevas al cielo...hermano... me vengo oooooh me ven...Go aaaahh. Me desplomé. Bernardo me sostenía de las caderas sepultando con rabia su poderosa verga hasta derramar su ardiente leche en mi interior, se agarró de mi cabello, sacó su sable y todavía alcanzó a bañar mis nalgas con su semen. Yacimos juntos en la cama, totalmente desfallecidos. Lo atrapé entre mis brazos, quedando su rostro entre mis senos. Froté dulcemente su espalda, hasta que se quedó dormido. Dormí junto a él, sabiendo que nuestras vidas apenas iniciaban, en un matrimonio que ambos ocultaríamos a los ojos inquisidores de la gente. Pero que había iniciado de manera brutalmente pasional. Increíblemente, la relación conyugal con mi hermano resultó ser fabulosa.
Nada parece modificarla. Cogemos, mamamos, y temerariamente dejé que metiera su gorda verga en mi culo. Me desfloró. Me dolió mucho pero ya lo superé. Ahora disfruto tanto o más, que cuando me mete su gruesa verga en mi panocha. Jamás pensé que fuera tan delicioso coger por el chiquito.