Tan chulo era, tanto provocaba, que pedía a gritos
Fecha: 21/09/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... postres que tenían, que si había bocaditos de limón que no me lo pensase, que los pidiera y me aviso de que se servían fríos.
Compre dos botellas de vino tinto, ni de los caros ni de los baratos algo intermedio. La verdad porque tampoco sabía mucho de vinos. Llegue al restaurante recomendado por mi compañera y comidas para llevar, no tenían mucha variedad, tenían poco pero con muy buena pinta. De lo que si tenían de sobra eran postres. Al final la mujer que había me recomendó que llevar y fue huevos rellenos de atún y langostinos, pollo en salsa cremosa de queso parmesano y espinacas, el postre los bocaditos de limón. De todo compre más que para tres comensales. A última hora de la tarde, ya llegando la noche, metí el pollo en el horno a calentar suavemente. Lo demás estaba en la nevera. Preparé la mesa perfectamente, el vino lo abrí con tiempo como me habían dicho y a esperar.
No tenía mucha experiencia con parejas, pero tampoco poca, de momento tenía la suficiente y si mi instinto no me engañaba. Toño estaba deseando ver como se follaban a su mujer y su mujer digamos que seguro que no le importaría, porque era todo un volcán, deseando estallar. Por todo eso sabía que ella vendría como le había dicho, lo mejor que su marido seguro que le había tenido que insistir y ella la “pobrecita” habría cedido para que no se enfadara.
No había dejado nada al azar, estaba todo preparado hasta el último detalle. Nada más entrar por la puerta sabría cómo iría la noche, si ella ...
... venia vestida en plan seductor y provocativa, la “guerra” estaba declarada, pero por el contrario venia vestida rectada o discreta, la cena sería un simple trámite y acabaría en el menor tiempo posible. Fueron muy puntuales y nada más abrir la puerta, supe que habría “guerra”, era la vez que más sugestiva y provocativa veía a Valle, Toño traía una botella de vino y me la dio sonriendo, no le veía con la tirantez de días pasados, tampoco es que viniera en plan de “amigos para siempre” venia cordial, educado y respetuoso.
Después de hablar un poco los hice sentarse a la mesa, aunque me quisieron ayudar, pero me negué. La mesa era rectangular, hice que Valle se colocara en la cabecera de la mesa y nosotros nos sentaríamos cada uno a un lado. Al llevar el primer plato la cara de Toño me confundió, me dije no le gustan los huevos rellenos, pero era todo lo contrario, por lo que se ve le enloquecían y después de probar el primero, lo alabo hasta el extremo de decirme que le tenía que decir a su mujer como los hacía. Se comió casi toda la bandeja, porque Valle y yo, nos limitamos a probarlos como quien dice. El segundo plato también les gusto y a mí me supo muy bien. Antes de acabar el segundo plato estábamos a medias de la segunda botella de vino y andábamos más sueltos todos.
Empecé mi avance rozando con dos dedos el brazo de valle mientras hablábamos, de forma natural y como si no fuera con segundas intenciones. Cuando ya lo había hecho varias veces Toño empezó a no darle ...