El menonita -Final - Relatos Eróticos

El menonita -Final

... probabilidades de que me pasara eran pocas, bueno lo eran hasta que acepté que Cornelius pasara unos días en casa mientras trabajaba. Cornelius levantó el delgado cuerpo de Juan y lo puso recostado entre mis piernas, luego así teniendo su pantalón cubriéndolo su entrepierna y solo el culito de fuera comenzó a penetrar a Juan. Juan soltaba ligeros gemidos de placer y yo al tenerlo entre mis piernas arrimé mi verga para que me la mamara. Se veía que le gustaba pero no se le notaba su verguita parada, me hacía dudar si de verdad lo quería o no –¿Te gusta esto Juan?– –Sí Capi, mi hermano siempre me ha gustado y ahora me gusta usted también– Entonces dejé de hacerme preguntas en mi cabeza y comencé a disfrutar –Ahora yo tengo una sorpresa para ti Capi– me dijo Cornelius –Bueno te tenemos una sorpresa los dos ¿No es así Juan?– y Juan respondía con la cabeza, lentamente (y sin dejar de penetrar a Juan) Cornelius levantaba su pijamita del pantalón, le puso sus pies en lo alto y jalaba lentamente, yo moría de ancias de verle su verguita parada , Cornelius con una mano quitaba el pantalón de la pijama y con la otra cubría la entrepierna de Juan, aventó el pantalón al lado de la cama y me dijo –¿Estás listo Capi? Enciende la luz y acércate a nosotros– Lo hice sin cuestionar nada y en eso Cornelius quita la mano y vaya sorpresa –¡Es una niña! Juan es una niña– le dije varias veces a Cornelius al ver que en realidad Juan no era un niño, sino una niña. Una niña de 10 años con el cabello ...

... corto y que la hacen pasar como niño, vaya hasta le llaman Juan ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué hacían eso? ¿Por qué Don Peter y Elisa trataban a una niña como niño? ¿Sabían lo que Cornelius le hacía a “Juan”? Vaya tantas preguntas que me pasaban entré en shock, hasta la verga se me puso flácida… –¿Quién es el asustado ahora Capi? – me preguntaba Cornelius que sin ninguna incomodidad seguía penetrando a “Juan” ahora con más ritmo y metiendo casi la mitad de su larga y delgada verga –No te preocupes, Juan no va a decir nada. A Juan le gusta esto desde hace años y yo siempre cuido de él, en realidad se llama Beth pero por ahora disfruta y después te platico sobre esto– Ver esa cara de lujuria y perversión de Cornelius me fue excitando y mi verga se ponía dura otra vez, Juan gemía con las fuertes embestidas que le daba Cornelius con su verga larga, su puchita estaba algo gordita, esas líneas a la cadera que tenía marcadas como en forma de V de lo flaquita que era, su cuerpo largo y delgado rescostado en la cama, sus chichitas pequeñas y lisas, ninguna oarte de su cuerpo con vellos, su cabello corto y esa cara pues de niño/niña, andrógino… Dejé de hacerme preguntas y me concentré en el sexo, me hinqué frente a la cara de Beth y la puse a mamarme la verga. Acaricie sus pequeños labios vaginales mientras Cornelius le daba duro, quería explorar esa vaginita tan linda que tenía, Cornelius lo comprendió y sacó su verga para ahora penetrarla por el ano. Yo metí mi dedo en la puchita de ...