1. Por la unión de la familia. (Versión revisada y ampliada)


    Fecha: 25/09/2020, Categorías: Incesto Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... a “cascársela” como monos, aunque fuera los dos juntos, al alimón; eso sí, cada cual con su propia “manita tonta”. Pero con lo que no contaban era con que su amigo Álvaro se les echara encima en plan tigre de Bengala. Porque Alvarito los atenazó a los dos por el cuello de la camisa o, más bien, camiseta, por su parte posterior, esa que queda justo tras la nuca. Con briosa sacudida tiró de los dos hacia atrás, para seguidamente maniobrar de forma que las dos “cocoteras” chocaran entre sí con sordo sonido a hueco, que talmente debían de tener el cerebelo ambos mancebos. A continuación, y hecho toda una furia, les rugió
    
    No hizo falta que lo repitiera, pues el “trío de la bencina” salió de la casa más que escopeteados, como si el mismísimo diablo les persiguiera. A todo esto, y a la vista de la fiera reacción de su “ninio”, las carcajadas de mamá Julia arreciaron y de qué manera
    
    Doña Julia, riendo a mandíbula batiente, se espatarró todavía más al tiempo que se levantaba la falda hasta la cintura, ofreciendo a su hijo una visión súper panorámica de su “cosita tierna”, esa inigualable “gruta de los Mil y Un Placeres” mientras entre carcajadas decía al “tierno infante”
    
    Mamá Julia cada vez reía más, con lo que Alvarito se coscaba más y más que su señora madre se estaba burlando de él a más y mejor; y en la más cruel de las formas, pues con aquella actitud, esas palabras, cariñosas en la forma pero más falsas que el beso de Judas en el fondo, aquella manera de exhibirse ante ...
    ... él con esa total y absoluta desvergüenza, le humillaban hasta lo más genuino de la humillación. Sí; Julia se burlaba con toda acritud de su hijo…
    
    Y es que, uno de sus, de verdad, pasatiempos favoritos era eso, humillar al máximo, con toda crueldad, a los hombres que babeaban por ella. Era una forma de dominarlos, de vivir el placer del poder sobre esos hombres, humillándoles en la forma más despiadada. Y ni ante su propio hijo se detuvo: Al final, lo trató como uno más de esos “pigmeos” que la deseaban, que babeaban por ella, pero a los que nunca permitiría más que eso, que la desearan y babearan por ella. Así, mostrándose todopoderosa a la par que inaccesible ante ellos, Julia encontraba el “sumun” del placer; con ello, disfrutaba aún más que con el más sibarita de los orgasmos.
    
    En fin, que remató la “faena” cuando, sin dejar de reírse, se levantó del sofá que ocupaba llegándose hasta Alvarito, fundiendo casi físicamente sus, entonces, más que enhiestos pezones contra el pecho de su “niño”. Alcanzado el contacto más que íntimo, le pasó los dedos por el pelo al muchacho, alborotándoselo y le besó. Le besó largamente, casi con pasión, en la misma comisura de los labios. Seguidamente, extendió su lengua hacia adelante, lamiendo no solo esa comisura, sino que también el mismo y franco inicio de los labios de su hijo, lamiendo casi, casi, que hasta la mitad de tales labios. Luego se separó de él al tiempo que, casi en un susurro de decía
    
    Tras eso, y no solo sin dejar de ...
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