1. Hanna Müller


    Fecha: 01/10/2020, Categorías: Hetero Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... de lo guapa que era… Lo que la querían… Sobre todo, y en esto todos ellos coincidían, de las tremendas ganas que tenían de volver… Las fotos, los recuerdos grabados, enseguida salían a relucir, y ella mostraba interés por tales recuerdos tangibles… Les hablaba de la bondad que la imagen de la santa madre delataba, alababa la belleza de novias y esposas, lo guapísimos que eran los hijos, las hijas… La belleza de la tierra, lo bonito que resultaba el pueblo, tanto si éste aparecía en las fotos como si no, pues en tal caso ella lo suponía y el mocetón se lo corroboraba, pintando su terruño como la cosa más hermosa y maravillosa del mundo… A veces hasta tenía que consolarles, porque las lágrimas pugnaban por escaparse de los ojos de aquellos hombretones… Aquellos niños grandes… Grandísimos a veces
    
    Y los hombres, los americanos, le tomaban aprecio, la llegaban a querer como a alguien por entero entrañable, despojado ese aprecio de toda connotación erótica o sexual… En ella ya no buscaban la hembra que en todas las demás deseaban, sino la amiga, la confidente… La mujer, bella, eso sí, que “también al santo se le adora por la peana”, que les escuchaba, que les entendía… Que les consolaba en suma… Y simplemente con eso se sentían a gusto… Felices; muy, muy felices… Claro, que tampoco eso quería decir que, de vez en cuando y, a pesar de la añoranza, el amor de la novia, la esposa, no les “picara” un tanto bastante la entrepierna y necesitaran algo más que las palabras y ...
    ... comprensión de ella. Lo normal, en tales casos, es que empezaran por intentarlo con Hanna, en esos momentos su genuino “tótem” de mujer; no intentaban comprarla con dinero, sino convencerla con el cariño, la devoción, que ellos le tenían. Claro que entonces ella les rechazaba, pero también con cariño, con dulzura, rogándoles que, por favor, la respetaran y en tales casos resultaba que esos niños grandes también eran caballeros y la respetaban. Ella les derivaba a otras chicas que sin problemas aceptaban lo que ellos entonces querían y buscaban, y todos tan felices y contentos…
    
    En 1948, aparte del famoso Bloqueo del Berlín Occidental por orden de Stalin y el consecuente Puente Aéreo de los EEUU para abastecer a la población berlinesa, se dio un suceso que resultaría importante en la vida de Hanna: Conoció a un sargento norteamericano; James Clayton, Jim en la corta distancia. Fue en una tarde-noche cualquiera de aquél año, cuando el sol primaveral empezaba a desentumecer los cuerpos ateridos por los helores invernales. Entró en el “Moonlight” y directamente se dirigió a una mesa desocupada, sentándose. Hanna estaba adosada a la barra, por su lado exterior, sentada en una banqueta; al momento se levantó y fue a la mesa recién ocupada por el sargento, preguntándole qué tomaba.
    
    Cuando volvió con la comanda lo hizo portando una bandeja con dos wiskis
    
    Jim no tuvo nada que objetar y Hanna se sentó con él en la mesa. Bebieron, charlaron, bailaron… Jim estaba entonces en la edad de ...
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