LAS MUJERES DE PAPA 3
Fecha: 06/10/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues
... sobrevivido a una situación de vida y muerte. Seguía desnudo pero me sentía seguro, ya papá debería estar dándole el sexo que le había pedido la vecina. ¿Le aguantará la verga? -Pensé. Con esa idea me puse unos short deportivos y una playera para luego salir. Yo había visto a mi padre desnudo y le había visto aquel camote que se manejaba por polla. De seguro Nataly no sería la excepción a los pujidos que normalmente le sacaba a las mujeres que se cogía. De puntitas me deslice pegado a la pared. Habían dejado abierta la puerta que daba acceso a la cocina/comedor. Podía escucharlos, leves gemidos, susurros y hasta la voz de Nataly hablando como si le sorprenderá la verga de papá. ¡Qué grande estar papi! ¡Qué gruesa la tienes¡ - decía con alguna dificultad como si algo que tuviera en la boca le impidiera hablar. Con mucho cuidado me asome, estaban a mitad del cuarto que era utilizado como dormitorio. Papá de espaldas a donde yo estaba, Nataly prácticamente en cuclillas frente a él. Mi padre con los pantalones a los talones dejando ver su culo chupado y sus piernas flacas. Ella aún no se había quitado ropa alguna, por ahora parecía que sólo le importaba amamantarse en la polla de mi padre. Debía estar ganosa, la manera como se movía lo decía todo. Inquieta, su cabecita de atrás hacía adelante tratando de engullir aquel mazo como si quisiera perforarse la garganta. Mi progenitor suspiraba exhalando aire y dejándolo escapar con fuerza; como si con ello pudiera disimular el gusto ...
... que sentía al tener a aquella pequeña de 17 años disfrutando de su verga. A riesgo de que pudieran verme, entré al primer cuarto, ese que estaba destinado como cocina comedor. Con gran sigilo me coloque detrás de la puerta, las hendiduras me permitían ver casi a la perfección todo lo que pasaba más allá. Los gemidos y pujidos de mi padre y Nataly llegaban hasta mi con tal claridad que podría decirse que aquello lo estaba viviendo en tercera dimensión. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y de nuevo pude sentir aquella sensación. El corazón me latía tan aprisa que por un instante pensé que me delataría, una calentura extraña comenzó a bajarme por el estómago hasta irse a alojar justo al pegue de la verga. Mi polla se había vuelto a poner grande y gruesa, tanto que el short que vestía no podía detener aquella carpa de circo que se formaba debajo. Con gran cuidado libere aquel manojo de venas y carne, me saque la polla y al son de los gemidos empecé a subir y bajarme el cuero. Empecé a pajearme, despacio. Sin dejar de ver, sin perder detalle. Sin prisa, como si también yo quisiera gozar aquella mamada. Sentir aquella boca pequeña, esa lengua traviesa haciendo círculos sobre el glande, luego tragar hasta sentir arcadas y toser con los ojos enrojecidos. Como si en verdad pudiera sentirlo, eleve los ojos al techo. Era una rica chupada la que nos daba Nataly. Los minutos pasaron y pude ver como papá le quitó a su pequeña aquello que parecía volverla loca. Se besaron apasionadamente, ...