LAS MUJERES DE PAPA 3
Fecha: 06/10/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues
Como ya se estaba haciendo costumbre, otra vez más la maestra de Inglés no se presentó a clases y como no había maestro sustituto en la escuela una vez más nos dejaron ir a casa. Algunos compañeros optaban por irse de rata, que no era a otra cosa que irse a cualquier parte, ya sea con sus amigos o sus novias. Se iban experimentar cosas, a conocer, a socializar en aquel mundo en el que hasta la fecha vivíamos como adolecentes. El sexo también era parte de lo que experimentaban según ellos mismos contaban, ante el asombro de los que todavía no se decidían a probar. - Vamos de cacería – me había dicho un amigo en clara alusión a que fuéramos a ver chicas. - No – le había dicho. Estoy trabajando en mi proyecto de fin de curso. Sin esperar más, mochila al hombro me encamine hacía mi casa. Estaba cansado, el hecho de estar yendo a aprender un oficio por las mañanas era algo a lo que todavía mi cuerpo no se acostumbraba. También contemple la posibilidad de que pudiera coger a mi hermana Beatriz , quien de un tiempo acá se hacía de rogar, pero que luego de algunas caricias y algo de exhibicionismo de mi parte siempre acababa con mis 17 cm en su interior. Le gustaba la verga, eso ni que dudarlo. La sola idea de llegar a despatarrar a mi hermana había despertado a mi amiguito bajo los pantalones. La verdad ya necesitaba meterla, llevaba más de 12 horas sin sexo, cuando por aquella época mínimo cogía 3 ó 2 veces al día. Con mis hermanas era casi obligatorio tener sexo en la noche. Pero ...
... en aquella vecindad había encontrado otro chocho al que debía satisfacer. Doña Vicky, la amante de papá. Esa con la que cuando tenía oportunidad me buscaba para que le echara un buen polvo. El sol brillaba enseñoreándose en aquel cielo azul y sin nubes. Era media tarde. La vecindad parecía estar deshabitada. Algún perro dormitaba al amparo de las sombras en el corredor de aquellos cuartos de adobe alineados uno frente al otro. Era la hora de la novela de tarde, hora en que las pocas mujeres que se quedaban a cuidar de los pequeños parecían desconectarse de la realidad de la vida en aquella vecindad. Por un instante pensé que mejor hubiera sido quedarme con mis compañeros de escuela. Irme de rata como ellos decían. Quizá hasta pudiera participar en las supuestas sesiones de sexo que decían tener. Pensando en ello coloque mi mochila sobre una mesa, me quite el uniforme y aunque no debía me saque los calzoncillos. Mi verga estaba semi flácida, colgando, balanceándose con aquella gotita de líquido en la boca como si también le frustrara el no haber encontrado a mis hermanas para darles placer. Supe que debía consolarla. Hacerme una paja, está esta vez pensando en aquella chica de primer año. Esa morena de piernas gruesas como a mi gustaban, buen culo, alta y con aquel rostro siempre sonriente cuando me encontraba. Sabía que ella misma confesaba que yo era su príncipe azul (literalmente así lo decía) y aunque apenas nos saludábamos ahora sería mi fantasía. Me haría una chaqueta en ...