Guille y su nuevo estilo de vida (Cap 4) - Relatos Eróticos

Guille y su nuevo estilo de vida (Cap 4)

... de su asistencia a la brevedad.

Dos horas pasaron desde que el Amo mando el correo electrónico para realizar la reunión y el teléfono del Amo empezó a timbrar como si la vida del teléfono se fuera en eso. Los clientes intrigados empezaron a preguntar el porqué de la reunión, el Amo solo dijo, los espero hoy a las 5 pm para explicarles aquí. Los clientes extrañamente sin cuestionar nada, solo asistieron, como si fueran títeres.

Dieron las 5 de la tarde y empezaron a llegar uno a uno los clientes y clientas del Amo. La estúpida de Guille como ya era costumbre debía atender a los clientes de la manera en que cada uno fuera deseando. Una vez ya presente toda la clientela, el Amo los paso a su amplio y lujoso comedor, ofreciéndoles unos ricos bocadillos preparados por sus perras.

Los clientes empezaron a preguntar al Amo a que se debía esta reunión, el Amo les empezó a explicar y considerando que sus clientes son de la alta sociedad, el considera que no deben ser atendidos solo en las reuniones, sino que deben ser atendidos con un servicio de 24 horas al día de altísima calidad; y tomando en cuenta la fineza de sus clientes, es que pensó en su comodidad, implementando el servicio de renta mensual de esclavas domésticas; los clientes podrían disponer de las perras por mes, teniendo solamente que depositar en el banco o por ...

... transferencia electrónica la cantidad pactada.

Todas las perras del Amo debían y tenían que estar pendientes de todos los comensales de esa tarde, ya que eran perdonas de alta sociedad, y si el Amo quería tenerlos comiendo de su mano a los clientes, debía hacerles sentir que eran importantes.

El Amo dispuso que sus invitados fueran llevados a la sala para servirles un postre y café mientras disfrutaban de una buena atención por parte de las perras y por cuenta del Amo.

Pasado ya la hora de comer un rico postre y una deliciosa mamada por parte de las perras, el Amo invito a su clientela pasaran a registrarse para saber cuántas esclavas domesticas se llevarían cada uno, y antes de irse les recordó las tarjetas de clientes V.I.P. que les daban privilegios por cada 10 eventos contratados.

Habiendo inflado el ego de esos ricachones, el Amo los tuvo comiendo de su mano, ya que antes de retirarse con sus perras de renta, cada uno se comprometió a recomendar ese magnífico negocio, los clientes se habían convertido en esclavos, ya que sin darse cuenta, el Amo los puso no solo a estar consumiendo servicios cada rato para cubrir su cuota para el servicio gratis, sino que también los tenía recomendando su negocio, los tenía donde quería, los hizo sus esclavos para que se encargasen de inflar sus cartera y de recomendar su negocio y darle buena fama.