1. Visitas a mi vecino (Agotado)


    Fecha: 06/10/2020, Categorías: Incesto Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    ... adorable...
    
    De repente, se oyó el ruido que hizo el jabón al chocar contra el suelo de la ducha…
    
    Reaccionó y se agachó a cogerlo.
    
    Pero, Diego ya se había agachado y trataba de cogerlo… y se encontró con ese culo abierto, frente a su cara, mostrando el sonrosado ojete, abierto de par en par...
    
    - ¡Espera, Diego!, deja que te enjabone la espalda…
    
    Diego le dio el jabón, que, por fin, había podido atrapar; y se dejó hacer…
    
    Inmediatamente, sintió como las manos de Edu iban y venían, apretando aquí y allí; y también la gran maestría que había en esos dedos, que moviéndose enérgicamente estaban proporcionándole un gran descanso.
    
    - ¡Ah!… ¡qué bien!... ¡que gusto!… nunca me habías dado un masaje, Edu… ¡me encanta como lo haces!
    
    Edu, lo agradeció; y aunque sabía que era todo un maestro en esa disciplina, disfrutó de ese piropo...
    
    - ¿Te gusta?
    
    - ¡Ya lo creo!
    
    Y Edu, más atrevido, bajó hasta la cintura, para continuar tocándole sabiamente e insinuarse, haciendo alguna incursión en los glúteos…
    
    Al rato, volvió a enjabonarse bien las dos manos; y ahora si, las posó sobre las nalgas, que no protestaron en absoluto y dejaron que el masajista hiciera todo lo que quiso.
    
    Lavó extraordinariamente bien sus zonas erógenas y le empujó bajo el agua, para aclararlo.
    
    Diego evidenció su calentura y sin pensárselo dos veces, Edu, le separó las nalgas y obligándole a inclinarse hacia delante, empezó a darle lengua entre esos dos cachetes...
    
    - Mmmm… ¡ahhh!… ¡que ...
    ... rico, Edu!… sigue... ¡que rico!...
    
    Edu, se vino arriba y con más ahínco, si cabe, siguió saboreando ese ojete... metiéndole la lengua todo lo que podía y chupándolo en profundidad.
    
    Pero, entonces oyó la puerta de la sala (que se abría).
    
    - Alejandro, pensó; y levantó la vista, esperando a que apareciera de un momento a otro, frente a ellos
    
    Los chupeteos de Edu y los gemidos de Diego llevaron al entrenador a la cabina en la que estaban.
    
    Se asomó, y se quedó mirándolos, apoyado en la pared de enfrente, durante un rato...
    
    Edu, devoraba ese ojete… pero, no dejaba de mirarle…
    
    Diego abrió los ojos, cuando sintió el calorcillo húmedo de la boca del entrenador en su rabo. No le importaba que estuvieran dándose ese atracón con él; uno por delante y otro por detrás.
    
    - ¡Ahhhh!… ¡Ahhhh!…
    
    Se lo estaban comiendo con verdadera glotonería… pero, Edu se levantó y le volteó; y cogiéndole de la cara, le miró a los ojos y le dijo…
    
    - Ahora vamos a darte ese aceite del que te hablé antes, ¡cabroncete!
    
    Cogió un frasco del primer estante de la mesita de servicio, que había junto a la mesa principal y se acercó al entrenador...
    
    - Toma, Alex…
    
    El entrenador se untó las manos con el aceite corporal que le daba Edu… y se lo puso a Diego en el rabo y en los huevos
    
    - Huele genial ¿verdad?
    
    - ¡Ya lo creo!…
    
    - Tenemos que extendérselo bien por todo el cuerpo ¿vale?…
    
    - Vale...
    
    Embadurnaron todo su cuerpo con el aceite; y el entrenador empezó a acariciarle la ...