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Me enamoré de una prostituta parte 2
Fecha: 07/10/2020, Categorías: Hetero Autor: TheWatcher, Fuente: CuentoRelatos
... él y lo lamia y lo mordía suavemente mientras ella se retorcía suavemente y podía percibir su olor natural y abrí sus labios y pude ver en oso su esplendor esa puchita peluda y jugosa. Y no pude más y mi lengua entraba y salía de esa cueva deliciosa y también mi lengua se resbalo hasta su ano y le quise dar lengua, pero ella me subió la cara y me la acerco a su puchita. Y me subí dame lengua rico y le empecé a dar rico y con más fuerza. Y de vez en cuando tenía que parar porque me llegaba a sacar los vellos de mi boca y lengua. Nunca me gustaron peludas pero esa cueva era incitante y tenía un fuerte olor a sexo y su sabor era dulce y salado a la vez. Y se excito tanto que en jaló mi cara en esa pucha y mi nariz llego a entrar como si fuera un pene y empezó a masturbarse con mi propia nariz. Fue algo extraño ya que nunca había hecho algo así, pero me excitó mucho y Empecé a dedearle con un dedo y después ya eran tres y subía se velocidad aquello y ella gemía cada vez más fuerte y puse sentir como lubricaba más y más. Podía ver su cara de vez en cuando y ya no injustificado tanto como la primera vez que estuve con ella. Sus manos me adentraban y me jalaban los cabellos hacia su rica puchita, mi nariz se clavaba en esa selva y pude sentir sus jugos, como lubricaba ya que a cada metida de mis dedos salían empapados y hacia mucho ruido al sacárselos y metérselos, (Ahí no podía fingir orgasmos). Se paró y me la empezó a mamar como desesperada y lamía. Creo que en el fondo lo ...
... empezaba a disfrutar. Y mordía la verga despacio, nunca supe a qué hora me puso el condón. Me sorprendí por eso y de repente se paró se sentó en mí y se acomodó la verga y se la clavó en su puchita, pude sentir como se la ensartaba poco a poco hasta quedar profundamente ¡clavada en mi verga! Y fue cuando dejó escapar un leve gemido. Y dijo ¡uff!! Y me seguía clavando la mirada y sacaba la lengua y se mordía los labios. Empezó a cabalgarme despacio siempre viéndome a los ojos y ella seguía moviéndose con gran habilidad y empezó a subir el ritmo hasta que empezó a subir y a bajar cada vez más rápido y podía escuchar ese ruido que hace el látex ya lubricado, comenzó a gemir y a gritar cada vez más alto y más alto y se sentaba con fuerza y con furia en mi verga y me empezó a excitarme esa forma de clavarse tan duro en mi tranca y le decía al oído: ¡Uffff! ¡Ufff! ¡Que rico lúbricas! ¡Siento tu puchita bien calientita! Ahhhh! Y dijo: si papi. ¡Así me la pones!! ¡Aghjjj!! ¡Aghh! ¡Así así! ¡No pares! ¡Cógeme! ¡Cógeme! ¡Bien rico! Y eso me calentó y empecé a embestirla como nunca. ¡Así así! ¡cógeme rico! ¡Así así! ¡No pares! La tomé por los hombros y le mordía despacio cuello y hombros y ella hacía lo mismo. Nos comíamos prácticamente uno al otro y me clavaba los dientes en mi hombro y yo hice lo mismo, la sujeté por las caderas y la seguía embistiendo con fuerza seguía rebotando sus nalgas en mi verga y hasta pude ver como si flotara por el vaivén y me dijo: mmmm que rico. ¡Así! Y le ...