Una simple travesía se convirtió en placentera experiencia
Fecha: 09/10/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Angelucian, Fuente: CuentoRelatos
Son las 7:42 am, voy en el transporte de camino a encontrarme con Erick, un compañero de trabajo. Voy escuchando música y leyendo para que el viaje se haga más rápido y menos tormentoso por la cantidad de gente que se ha montado y habla sin parar.
Considero que Erick es un chico agradable en todos los sentidos, inspira bastante confianza y es muy bien parecido, moreno, cabello lacio negro, de ojos casi rasgados y con un cuerpo acorde para pensar muchas cosas, para las personas que somos creativas mentalmente. Puedes hablar con él de cualquier cosa y si sabes debatir, pues será satisfactorio hacerlo con él, tan intelectual y con sus lentes nuevos le resalta mejor esa cualidad.
Pero en fin, puedo alagar sin problema a una persona que haga tanto énfasis como lo hizo él. Yo a su vez soy una chica morena y delgada, mi mayor atractivo es mi rostro que hace que los chicos se imaginen cosas perversas de tan sólo mirarme, digamos que no tengo un cuerpo proporcionado y voluptuoso del cuál pueda presumir pero si que tengo unas nalgas redondas y paraditas, lo que hace que me vea deseable y vaya que las sé usar.
Nosotros teníamos tiempo hablando, no como compañeros de trabajo, sino más que como amigos con intereses y gustos eróticos parecidos, realmente me sentía a gusto contándole sobre los momentos en los que me sentía deseosa y disfrutaba saber cuándo él lo estaba también.
El día anterior Erick me había pedido que lo acompañara a retirar un paquete en Zoom, luego de eso ...
... iríamos a una Galería de Arte, me pidió que lo acompañara porque teníamos un día libre. Acepte porque no tenía nada más que hacer y pues, sentí que sería agradable la salida.
Llegamos al punto en donde habíamos quedado. Yo llevé un vestido casual, sencillo con falda de corte alto de pliegos. Él lucía una camisa negra que le quedaba muy bien y pues, ni hablar de lo mucho que mostraba su pantalón en el área de la entrepierna.
—¡Hola, Erick! —Dije al acercarme a él
—¡Hola, Mari! ¿Cómo estás? —Respondió.
—Chevere ¿nos vamos? —Pregunté
—Sí, adelante, señorita. —Dijo sonriendo.
Fuimos por el paquete, no nos llevó mucho tiempo o quizás fue la amena conversación la que me hizo pensar que fueron sólo unos pocos minutos y luego de eso llegamos a la galería. En ella se encontraban obras extraordinarias, sin duda un escenario agradable. Algunos de los salones estaban cerrados debido a que no estaban disponibles en esos momentos, pero no tenían ningún tipo de seguridad, solo un pequeño aviso que decía “Prohibido el Paso”.
—Si yo paso ¿me sigues? —Dijo Erick.
Impresionada por la proposición empiezo a dudar de la situación pero la intriga pudo conmigo.
—Claro, no me quedaré aquí.
Esperamos a que nadie nos viera y entramos. El salón era pequeño en comparación a las otras instalaciones pero era bastante llamativo, no se podían apreciar los detalles por la poca luz y entre risas de travesía Erick me toma de la muñeca y llevándome a un rincón apartado y oscuro me ...