Unos días calientes en Punta - Relatos Eróticos

Unos días calientes en Punta

... a esperar a que vos me la entregues en bandeja…”Fabio me rodeó con un brazo los hombros y me pidió que lo acompañara. Dijo que quería convencerme de algo…Me dejé llevar por él, mientras se reía diciendo que toda la charla me había excitado, ya que se notaba un buen abultamiento en mis shorts.Nos dirigimos a la sala de sauna del hotel. Una vez allí, nos desnudamos y nos pusimos una toalla grande en la cintura. Mi erección se había calmado.Al sentarnos en las bancas, uno frente al otro, Fabio se quitó la toalla y abrió sus piernas.Tal como se vislumbraba bajo la sunga, una verga gruesa y larga colgaba entre sus muslos. Nuevamente no pude evitar mirarlo, aunque mi mente pugnaba por no hacerlo. Fabio se dio cuenta de mi mirada…“No te preocupes, podés mirarla tranquilo. Es grande, no…?”Tuve que admitir que, esa verga todavía en reposo, era casi de veinticinco centímetros y era bastante gruesa…“Le gustará esta pija a tu mujercita, ella que es tan fina y delicada…?”“A vos te gustaría ver; cómo se la meto por la concha o por el culo…?”“Me encantaría verla en cuatro delante de mi verga dura…” Insistió FabioMientras me decía todo eso, el hijo de puta recorría esa cosa enorme con su pulgar, sonriendo con malicia…Pronto esa pija estaba tomando dimensiones monstruosas y Fabio había reemplazado el pulgar por su mano entera. Se estaba haciendo una suave y delicada paja, mientras comentaba lo que le haría a mi esposa.No podía creer lo que me decía, pero sin pensarlo le contesté que Anita ...

... pensaba que por el culo debía ser dolorosísimo. Y para joder más todavía, mentí diciendo que ella tenía la cola virgen…“Nunca le diste por el culo a tu mujer…?” Me preguntó con incredulidad.“Seguro al principio le va a doler, pero después le va a encantar…”Dijo Fabio cerrando los ojos e imaginando seguramente la situación…De repente cada uno miró su pija. Los dos estábamos bien empalmados, con nuestras vergas apuntando tiesas hacia el techo…“Estás calentándote de pensar en tu mujercita probando mi pija…”“No te gustaría probarla vos en primer lugar…?” Me espetó de repente.“Te gustaría que me cogiera a tu esposa y después te lo contara … te gustaría estar allí sin ser visto?... te gustaría pajearte mientras me culeo a la puta de tu mujercita…?” Y el turro sonreía mientras me decía eso.Me levanté sin responderle y me dirigí a las duchas, para sacarme la calentura con agua fría. Fabio me siguió, completamente desnudo.Apareció a mis espaldas, con su tremenda verga desafiando la ley de la gravedad, manteniéndose muy tiesa y apuntando hacia arriba.Apoyó su mano en mi hombro. Este movimiento hizo que su gruesa y pesada poronga rozara ligeramente mi vientre. Inmediatamente mi pija saltó hacia arriba y esta reacción hizo que él sonriera…Me puse a su lado de costado y, abrazándolo por la cintura, estiré mi mano y empecé a pajearlo rítmicamente. Su mano bajó hasta mis nalgas y empezó a acariciarlas.Aceleré el ritmo de mi paja, sintiendo y recorriendo esa enorme verga.En la posición en que ...