1. El inquilino


    Fecha: 17/10/2020, Categorías: Infidelidad Autor: mirutalo, Fuente: SexoSinTabues

    ... Él ni siquiera volvió la puerta, y continúo acicalándose frente al espejo como si nada hubiera pasado. Pero sí que había pasado. Posteriormente pasé de un lado a otro del pasillo una y otra vez disimulando con ropa de aquí para allá pero mirando de reojillo. Miguel ya se había tapado con la toalla cuando salió del baño y se encerró en su cuarto. Yo marché a sentarme en el sillón del salón maquinando una excusa tras otra para cuando saliese de su cuarto y me pidiese explicaciones. Estuve acalorada todo el rato presa del pánico pensando en tener que justificarme. Pero por suerte se demoró intencionadamente hasta que regresaron mi esposo y mi hijo y la dinámica cambió por completo. Lo había sorprendido completamente desnudo y su imagen caló en mi cabeza. Miguel nunca mencionó nada al respecto de este incidente en los días sucesivos, cosa que agradecí muchísimo, y eso que los dos sabíamos que lo había visto desnudo, o más bien, que lo había estado espiando. Desde ese día, como para compensar y no darle importancia al suceso por mi parte, quise salir alguna vez más de lo debido en braguita y sujetador a coger ropa del tendedor. Inevitablemente me topaba en el pasillo con Miguel y nos saludábamos como si fuera de lo más natural que de vez en cuando nos sorprendiésemos de esa manera. Con la tontería, cada vez me gustó más mostrarme algo traviesa y juguetona. Supongo que poco a poco ocurrió lo inevitable. Una también tiene sus necesidades, y un día mientras estaba sola en casa en la ...
    ... ducha no pude evitar acordarme del cuerpo desnudo de Miguel. Y eso que lo vi tan solo un instante, pero cuanto más me concentraba bajo el agua de la ducha en sus formas, con más nitidez y claridad rememoraba los detalles de su cuerpo. Tal es así que comencé a acariciarme poco a poco y terminé masturbándome. Menos mal que estaba sola en casa y pude desahogarme a gusto. Quise sumirme en un mar de sensaciones placenteras e incluso dirigí el chorro de la ducha para que impactará directamente sobre mi clítoris, tal y como hacía de adolescente en casa de mis padres. A decir verdad hacía mucho tiempo que no me masturbaba. Que ni me masturbaba ni tenía un orgasmo. Yo también acumulaba estrés y necesitaba desahogarme fuera como fuera. Tuve que sentarme en la bañera, las piernas no me aguantaban, comenzaron a temblar en los primeros espasmos, pues resultó un orgasmo lento e intenso que me hizo chillar como una histérica. Lo que era en esos momentos. Una mujer desesperada que necesitaba calmar su cuerpo a toda costa. Me dejé llevar, chillé, grité, me convulsioné, pero sobretodo disfruté. Incluso yo misma me avergoncé del escándalo que había montado al recuperarme e hidratar el cuerpo con cremitas. Al día siguiente no sé porque a la mañana mi marido se levantó algo más tarde. Yo desayuné temprano en la cocina con Miguel, el cual nada más verme se sonrió y me dijo: -Parece que ayer os lo pasasteis muy bien tu marido y tú- comentó nada más verme los dos aún en pijama sentados en la mesita ...
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