El inquilino
Fecha: 17/10/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: mirutalo, Fuente: SexoSinTabues
... -Bah, no tienes por qué disculparte, mejor despertarme escuchándote a ti que a los borrachos que pasan por la calle- dijo medio riéndose y provocando mi risa. -En eso te doy toda la razón- argumenté como excusa para reírnos los dos juntos, pues sin duda alguna se trataba de una risa algo tensa por el tema de conversación. Por suerte en esos momentos mi hijo llamó de su cuarto pidiendo agua alertado por las risas y yo me levanté para atenderlo. A mi regreso me excusé de Miguel argumentando que tenía sueño y marché a dormir a la cama, pero lo cierto es que sus palabras rondaron mi cabeza unas cuantas veces. Los días fueron transcurriendo, más o menos como de costumbre, alguna miradita fuera de tiesto, algún comentario picante y poco más. Siempre dispuesto a ayudar, a enseñar a mi hijo, y a colaborar en cuantos menesteres se le requería. Fue entre semana. Un miércoles creo recordar, cuando Miguel se duchó nada más regresar del colegio y dejó la puerta de su baño entreabierta por primera vez en todo este tiempo, y quiero pensar que por descuido. El caso es que entre unas cosas y otras, entre pasar de un lado para otro haciendo las tareas de la casa, pude contemplarlo de pasada desnudo tras la cortina semitransparente de la ducha. Incluso en una de las idas y venidas me demoré intencionadamente por unos segundos en mis tareas contemplando su figura. Por suerte mi marido no había regresado aún del trabajo y me permití una pequeña travesura. Juro que hubiera sido mejor verlo ...
... directamente desnudo, de esa forma se habrían desvanecido todas mis dudas. Sin embargo esa situación a medias me jugó una mala pasada y comencé a tratar de adivinar sus formas. Seguramente me imaginaba mejor figura de la que era. Miguel no parecía un tipo muy fuerte, simplemente se conservaba relativamente bien para su edad, hacia deporte, comida sana,…etc. En esos momentos, su figura difuminada desnuda tras una cortina de plástico y en comparación con la barriguita de mi esposo, me parecía una especie de dios griego. Fuera como fuese la situación provocó que me conjurase a verlo desnudo. De alguna forma necesitaba saciar la curiosidad despertada. Yo soy así en que me propongo algo. Quise disimular haciendo como que pasaba por el pasillo en el momento en el que escuché como se cerraba el grifo de la ducha. Miguel corrió las cortinas de golpe mostrándose completamente desnudo mientras salía de la bañera con la intención de cubrirse con la toalla de baño. En esos momentos comprendí que se había dejado la puerta abierta del baño por verdadero descuido. Lo vi, me vio. Nos miramos mutuamente. Su mirada se cruzó con la mía en la distancia. Me sorprendió, me había pillado. Se sonrió orgulloso de sí mismo mientras alcanzaba la toalla. Yo tardé en reaccionar presa del pánico. Él se demoró en taparse regocijándose de la situación y de mi asombro. Yo disimulé tratando de hacer ver que era todo fruto de la casualidad y un hecho fortuito debido a mis quehaceres como ama de casa en esos momentos. ...