1. El inquilino


    Fecha: 17/10/2020, Categorías: Infidelidad Autor: mirutalo, Fuente: SexoSinTabues

    ... estos días, consideré que ese era un buen momento para aclarar dudas e inquietudes. -Entiéndeme, si…, tienes razón, me gusta escucharte- esgrimió con argumento seco y escueto. -¿Por?- insistí. -Bueno, eres muy escandalosa- soltó de golpe y porrazo dejándome algo aturdida. -¿Y eso te gusta?- reaccioné preguntándole maliciosamente jugando con la situación haciendo tirabuzones en mi pelo. -Digamos que me hace pensar cosas- dijo sonriente. -¿Y qué es lo que te hace pensar?- insistí una vez más coqueta e intrigada. -Bueno, ya sabes, pensaba en ti- se confesó como si nada, como siempre, como si fuera lo más natural del mundo. -¿En mi?- me hice la sorprendida cuando en realidad me esperaba esa respuesta. -Si claro, ¿en quién sino?, era a tí a la que escuchaba- trató de justificarse ante lo evidente -¿Te tocaste?- la idea me resultaba excitante en esos momentos, además de que no sé por qué, estaba disfrutando al hacerle confesar. Me hacía sentir como poderosa al saberme deseada por otro hombre que no era mi marido, y con el que podía hablar claramente de estos temas. -¿En serio lo quieres saber?- me miró esta vez más serio de lo normal restando algo de naturalidad a la situación. -Uhm, uhm. Si te tocaste pensando en mí, creo que tengo derecho a saberlo- le devolví la mirada provocando su respuesta. -Sí, me toqué- pronunció mirándome fijamente a los ojos orgulloso. -¿Te tocaste pensando en mí?- se me escapó con una sonrisa de satisfacción al conocer su respuesta chupándome el dedo en ...
    ... plan niña mala forzando su confesión. -Tú lo has preguntado y yo te he respondido. ¿Qué quieres que hiciera?- se justificó de nuevo. -Dormir- rebatí seca y tajantemente cambiando de actitud para hacerme la ofendida aún a sabiendas de que fingía un enfado que no era. -Menudos grititos te pegabas, como para dormir- pronunció entre risas tratando de desenmascararme en mi teatral arrebato. -Eres un cerdo. Todos los tíos sois iguales. Yo creí que eras distinto, que podía confiar en ti, y en cambio eres como todos- jugué a comportarme como una chiquilla golpeándolo en el brazo simulando continuar enfadada. -Vamos Sandra, que soy un hombre. A pesar de mi edad sigo teniendo mis necesidades, tú eres una chica guapa, que digo guapa, guapísima, además eres atenta y cariñosa. Entiéndelo no quiero que te enfades, considéralo algo inevitable- intentaba mostrar con sus palabras que se trataba de una conversación normal entre dos adultos evitando entrar en mi juego. -A saber en qué estarías pensando- apuntillé en plan mujer fatal. -Mejor no quieras saberlo- dijo antes de romper a reír los dos con risa floja tratando de aliviar el momento. El ruido de las llaves en la puerta interrumpió la risa. Mi marido regresaba con mi hijo. -¿De qué os reíais?- quiso saber mi marido nada más vernos. -De nada, de nada- dijimos los dos al mismo tiempo para asombro de mi esposo que no sabía de qué iba el tema y solo nos veía reír y reír tratando de aguantarnos la risa. Una cosa me quedó clara. Con Miguel era ...
«12...131415...20»