La Madrastra
Fecha: 21/10/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... siquiera molestarse en desabrocharlo.
En ese momento sentí un empujón que me hizo caer sobre la cama de matrimonio, quedando tirada sobre ella con la ropa a medio quitar. Él aprovechó para quitarse con tranquilidad la camiseta y el pantalón, mientras yo lo observaba con una mezcla de fascinación y miedo.
No pude evitar mirar su enorme polla que estaba atrapada dentro del boxer blanco y luchaba por liberarse de la presión del calzoncillo, se había endurecido y a duras penas se mantenía dentro.
Me quitó los pantalones con fuerza tirando de ellos mientras yo estaba recostada, acto seguido, de un fuerte tirón arranco un extremo de mi tanguita dejando los restos de la tela enrodada en el muslo, sujetó mis piernas y me atrajo hacia él tirando de mí, hundió sus labios en mi rajita que por aquel entonces ya se había humedecido, sentí como sus labios besaban mi sexo a la vez que su lengua se hundía en mi vagina.
Gemí varias veces al sentir sus labios carnosos en mi sexo, su lengua recorría una y otra vez cada rincón de mi coñito, provocando en mi interior corrientes de húmedo placer.
Casi instintivamente mis manos fueron a posare sobre su cabeza invitándole con mis movimientos a que continuara con su delicioso trabajo, presionaba su cabeza para poder sentir más fuerte la maravillosa sensación de sus labios rozando mi clítoris. Abrí las piernas para facilitarle el trabajo entrelazándolas sobre sus hombros, mis caderas se movían al compás del húmedo roce de su ...
... lengua.
Había cerrado los ojos por vergüenza, pero también lo hice porque no decirlo… porque deseaba concentrar todos mis sentidos en la maravillosa sensación de sentir el roce de su lengua en mí sexo. Tras unos instantes los volví a abrir y es en ese momento cuando la vi… mi madrastra se encontraba semidesnuda mirándome y con una videocámara en la mano, grababa toda la escena sin perder detalle, sentí como el corazón se me salía del pecho e intenté levantarme, pero me fue imposible.
Le rogué entre gemidos que dejara de grabar…
- No por favor eso no,
Ella me miraba y mientras cambiaba de posición, se reía de mis súplicas.
- Calla zorrita si es para que tengas un recuerdo del mejor polvo de tu vida.
Dejó la cámara grabando apoyada sobre la mesa de escritorio de papa y se acercó a Karel que seguía comiéndome el coñito, comenzó a susurrarle al oído mientras me miraba con la sonrisa dibujada en su cara.
- Rómpele el coño a esta zorrita ya…
- Métesela hasta el fondo, que se entere de una vez como es un buen polvo.
A pesar de que hablaba en susurros, pude escucharla con claridad. Al escuchar sus palabras, el miedo comenzó a atenazarme de nuevo porque sabía lo que iba a pasar en cualquier momento.
Instintivamente mi cuerpo se tensó al observar como Karel se incorporaba sobre mí y dejaba al descubierto su enorme polla negra y recubierta de venas que se encontraba en todo su esplendor.
La miré y me asusté, intenté retirarme pero esta vez fue Esther la que se ...