La Madrastra
Fecha: 21/10/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... rodeaban con cuerdas de cuero mis tobillos.
Hay algo que me encanta, eso es la ropa interior, me encantan las puntillas y las trasparencias, me gustan las medias y la ropa sexi pero elegante. Aquella tarde mientras me colocaba las medias, observaba mi cuerpo semidesnudo… Fui de las últimas de mis amigas en desarrollarme y eso me producía algún complejo, pero con 18 años ya era una mujer con unas caderas bien marcadas y un cuerpo delgado y bien proporcionado, mis pechos eran mas bien pequeños, pero eran firmes y bonitos como si todavía no hubieran terminado de crecer y con unos pezones pequeños que enseguida reaccionaban a cualquier estimulo.
Las dos salimos muy elegantes y bonitas de casa, papa había salido un rato antes para ir a recoger a Esther, nosotras iríamos en el coche de Sara, habíamos quedado en vernos todos en el restaurante. Durante el camino, ni Sara ni yo dijimos una sola palabra, seguramente las dos estábamos intentando digerir aquella nueva situación.
A la llegada al restaurante, preguntamos por si nuestro padre había llegado, un camarero nos indicó la mesa en la que estaba nuestro padre con Esther, los dos se levantaron al vernos llegar y mi padre con una sonrisa como hace tiempo que no había visto, nos presentó a su novia… para nada era lo que me había esperado, bueno la verdad es que no me había hecho la idea de como seria la novia de mi padre, pero lo que no me esperaba es que fuera tan joven, tendría aproximadamente unos 40 años y eso es ...
... bastante diferencia con mi padre que tiene 54, pero lo que mas me llamo la atención fue que era una mujer espectacular… tenia una melena pelirroja y ondulada y un cuerpo voluptuoso, no era una mujer delgada pero tampoco gorda, era lo que se suele llamar una mujer con curvas, unos pechos impresionantes y una cara muy sexi, su rostro era muy claro y lo resaltaba con unos labios carnosos y rojos y unos espectaculares ojos verdes claros, no era de extrañar que mi padre hubiera vuelto a ilusionarse.
Al principio todos estábamos un poco tensos, aunque poco a poco la situación se fue normalizando, papa nos contó como se habían conocido, nos dijo que Esther era una paciente de la clínica, que en un primer momento habían sido amigos, que no pensaba que pudiera ir mas allá de una simple amistad, pero que un día se levantó y se dio de cuenta que no podía vivir sin ella. Durante toda la noche Esther no hablo apenas, se limitaba a reír cada palabra de papa y a hacer manitas a la menor ocasión, cosa que a mi me estaba poniendo enferma.
Al finalizar la cena y de vuelta a casa el silencio reinaba en el coche, mi hermana conducía sin decir palabra, hasta que a mitad de camino habló
- Es una zorra que solo quiere aprovecharse de papa…
A partir de esa noche todo cambió en mi familia, se puede decir que ese fue el primer día del resto de mi vida, ahora han pasado dos años y muchas cosas han cambiado aquí, Sara ya no vive con nosotros, se marcho hace más de un año a vivir en un piso con unas ...